A partir del 1 de marzo el gobierno aprobó un anteproyecto de ley que da cobertura legal a la extracción de gas no convencional, shale gas, mediante fracturación hidráulica, el controvertido fracking, por el que será obligatorio una evaluación de impacto ambiental y una covertura de seguro de responsabilidad civil. Se permitiría así esta técnica a la que se oponen los ayuntamientos donde se están realizando los primeros estudios. La técnica consiste en la extracción de hidrocarburos, principalmente gas, a partir de la ruptura de la roca que los alberga mediante la inyección a alta presión de un compuesto de agua, arena y productos químicos a una profundidad entre 2.000 y 6.000 metros.
Este procedimiento de obtención de hidrocarburos empezó a utilizarse en EEUU hace 40 años y ha abierto un enconado debate en España y Europa. A él se oponen los que constatan los efectos negativos en el medio ambiente: un aumento de terremotos, riesgo de filtraciones de gas metano en los acuíferos, contaminación por productos químicos, excesivo gasto de agua, y emisiones de gases efecto invernadero superiores a los del carbón. También se dice que EEUU tiene unas condiciones geográficas determinadas. Un subsuelo de titularidad privada con abundantes rocas suceptibles de producir esta energía y zonas desérticas donde poderla llevar a cabo. En el lado contrario, favorables al desarrollo de esta técnica se encuentran los Colegios de Ingenieros de Minas y las compañías de investigación, exploración y producción de hidrocarburos que ven pingües beneficios si se explotan los yacimientos de gas no convencional porque España necesita importar el 99% de ellos.
Por otra parte, en la Unión Europea no hay unanimidad en la consideración de esta técnica de extracción. Francia, Irlanda y Bulgaria han impuesto una moratoria, mientras Polonia apuesta decididamente. España está dando cada vez más licencias para ver las posibilidades de explotación en las distintas zonas con mayor potencial para extraer gas de pizarra. Si bien se está sumando al nuevo procedimiento para la obtención de energía, no debería de olvidar una gran apuesta por las energías renovables o limpias con el medio ambiente y los ciudadanos a pesar de la crisis económica.
Un aumento de terremotos, riesgo de filtraciones de gas metano en los acuíferos, contaminación por productos químicos, excesivo gasto de agua, emisiones de gases efecto invernadero superiores a los del carbón... creo que son efectos negativos bastante considerables como para que haya un debate abierto. A pesar del dinero que se pueda obtener, hay que tener en cuenta también el dinero que supondrá la inversión en esta novedosa técnica. Quizá quieran aceptarlo siguiendo el modelo de EEUU ya que allí si ha ido bien el proceso, pero hay que tener bastante en cuenta la diferente condición geográfica de los suelos. En mi opinión, aunque a largo plazo genere dinero, si es un factor muy contaminante e incluso peligroso para el medio ambiente y para sus habitantes, no deberían seguir debatiendo y tendrían que dejar a un lado esta propuesta que seguro no conllevará nada muy satisfactorio.
ResponderEliminarAlba Rodríguez 2ºY