Los tres músicos de Pablo Picasso


Los tres músicos, 1921, MOMA, Nueva York

Los movimientos artísticos de vanguardia se iniciaron en la primera mitad del siglo XX. Los artistas adscritos a ellos se propusieron una ruptura con lo anterior, un impulso renovador que se mantendrá a lo largo del tiempo. Los pintores dejarán de seguir las leyes académicas, para regirse por las suyas propias, buscando modelos nuevos, como los objetos utilitarios de la nueva sociedad de consumo, o la escultura de los pueblos primitivos. Supone una ampliación de la noción de lo artístico, al querer ir más allá, convirtiendo a los artistas en militantes, unidos en la lucha por unas premisas estéticas concretas, muy de acuerdo con los tiempos convulsos que vivieron. Estuvieron, en general, comprometidos con las ideas progresistas y democráticas, lo que hizo unir a la práctica artística, el compromiso social.

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Entre los distintos movimientos de vanguardia, nos vamos a centrar en el Cubismo, cuyo principal representante fue Pablo Picasso, que pretendía superar la concepción espacial tradicional, basada en la profundidad, por una concepción del cuadro entendida como una construcción geométrica de  perspectivas y ángulos cambiantes. Además, se opone a la brillantez cromática de otros movimientos, siguiendo la senda de Cezánne. De esta manera el pintor malagueño y Bracque, crearon un nuevo lenguaje pictórico de gran éxito, que tuvo dos estilos, el llamado cubismo analítico, que representaba figuras estáticas y bodegones con colores apagados, a través de líneas rectas y curvas, y el cubismo sintético, donde se superaba el aspecto más intelectual y de difícil interpretación, por otro basado en grandes planos de color uniforme y contornos geométricos precisos. La propia pintura, a su vez, se complementaba con papeles pegados y otros objetos combinados.

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De este estilo, destaca el cuadro, Los tres músicos, pintado por Picasso en el verano de 1921. El artista, en ese momento, disfrutaba ya una etapa de pleno reconocimiento y prestigio, mientras vivía los mejores años de su matrimonio con la bailarina Olga Khoklova, miembro de la compañía de Diágilev. La colaboración del pintor malagueño con los ballets rusos, en distintas producciones, le influiría en la pintura. Una influencia que observamos en el cuadro antes destacado, en concreto el mundo de la Comedia del Arte, que sirvió de inspiración a los ballets. Así, representa a tres figuras, un Arlequín, un Pierrot y un Monje, que aparecen tocando un instrumento musical. La técnica del papel pegado se descubre en el tratamiento del color en las superficies de los vestidos de los personajes.

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El artista, por otra parte, simplifica las formas del cuadro en un puzzle geomético, donde parece que se pierden las diferencias entre la forma y el fondo, al sobrepasar los colores el limite del dibujo. Arlequín se encuentra en el centro con una guitarra, seguramente, la figura principal, con el que se relaciona el artista, capaz de transformar la realidad, además situado al mismo nivel que otros personajes de la cultura popular. El perro a los pies de los músicos refuerza la sensación bohemia de la escena. Se ha apuntado que sería un homenaje encubierto a sus dos amigos, Apollinaire y Max Jacob.

Los retos de la enseñanza a distancia



El cierre de los centros educativos como consecuencia de la pandemia del coronavirus ha provocado que la enseñanza presencial haya sido sustituida por la llevada a acabo a distancia. No hubiera podido ser de esta manera, sin los avances digitales a través de Internet. Durante un tiempo el contacto directo entre los alumnos y el profesor, se ha transformado, en un comunicación indirecta desde las pantallas o canales específicos debido al confinamiento en nuestros hogares y al distanciamiento social imprescindible. En poco tiempo, los centros escolares y los docentes, han tenido que adaptarse a la nueva realidad, por una parte, potenciando las plataformas y herramientas digitales, por otra, elaborando unas metodologías adecuadas.

El que se haya podido realizar en tan poco tiempo, ha dependido de la progresiva digitalización de la enseñanza en los últimos años. Algunas metodologías que se estaban practicando, ya situaban parte de la docencia en Internet que servía para complementar las tareas desarrolladas en las aulas. De todas las maneras, la crisis sanitaria actual, ha provocado un cambio repentino, que ha evidenciado las dificultades de un modelo exclusivamente tecnológico y a distancia. Al centro educativo los alumnos van diariamente, no solamente para aprender unos contenidos y desarrollar una competencias que les permitirán ganarse la vida en el futuro, sino a socializarse, a aprender de las relaciones personales con los compañeros.



Los alumnos se han encontrado encerrados en familia, cercenados en un aspecto fundamental de su desarrollo personal y emocional, al no tener el contacto directo con otros compañeros de su edad. Los alumnos de más edad, han podido afrontar las nuevas circunstancias mejor, al tener mayor autonomía individual, mayor competencia digital y social. La nueva situación, ha puesto en evidencia, la importante brecha social y económica, entre los alumnos, que afecta a la disponibilidad de conexión, ordenadores y un espacio adecuado. El aprendizaje diario en el aula igualaba a todos los alumnos al hacerlos reunirse en un mismo espacio. 

El reto del futuro será, por tanto, una enseñanza capaz de superar las distintas circunstancia sociales a las que se tiene que afrontar con medios adecuados, suficientemente flexibles para no dejarse sorprender y colapsar por una pandemia. No debe olvidar su importante función, la socializadora, en dos sentidos, la de la relación personal igualitaria, y la de colaboración con las actividades económicas de la comunidad. De cual sea el punto de partida del alumno, la enseñanza recibida, dentro del aula, como fuera, a través de los medios digitales, le tendrá que proporcionar, la capacidad para afrontar un futuro digno.

Noche estrellada de Vicent Van Gogh

La noche estrellada, 1889, Museo de Arte Moderno de Nueva York

Los llamados pintores postimpresionistas fueron artistas incomprendidos en su tiempo. Hablamos de Gauguin, Cezánne y Van Gogh que no lograron alcanzar la fama en vida. Sin embargo, fueron extremadamente influyentes en la pintura del siglo XX, especialmente en los movimientos de Vanguardia, como el Cubismo y el Expresionismo. Dieron un paso más allá en el camino hacia la Modernidad. Frente a la representación de la realidad a  través de los efectos de luz y color, apostaron por la creación de una pintura sustentada en la subjetividad emocional del artista. De los tres pintores anteriores, sin duda, el más atormentado fue Van Gogh, que se hizo pintor con 27 años, y nunca logró vender una pintura. Una de sus obras más representativas, es la Noche estrellada, realizada cuando estuvo ingresado en el hospital de Saint-Remy en 1889.

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Esta obra representa sobre todo, un cielo nocturno inquieto donde se retuercen las luces de los astros y la luna, frente a la quietud del pueblo en la parte inferior. La figura de un ciprés en primer plano, junto a la torre de la iglesia, comunican el nivel terrenal en sentido ascensional. Las pinceladas fragmentadas y onduladas, cargadas de color, destacan sobre la superficie. No hay mejor lienzo para mostrar el propósito del autor de utilizar el mismo con carácter expresivo, sin importarle su arbitrariedad. Van Gogh representa una alegoría de la muerte y del destino del alma hacia los astros. A través de los colores verde y azul, transmite, como nunca, el desasosiego de su vida, que se vería truncada de un disparo un año después.

Protagonistas de la historia

Emma Morano, de 116 años, (2016), fuente: bbc.com

La actual pandemia incidirá en los resultados demográficos del año 2020 por el incremento de la mortalidad. Todavía es pronto para establecer conclusiones, cuando ni siquiera ha finalizado. La que se produjo hace cien años, la llamada gripe española entre 1918 y 1920, que provocó la muerte de 40 millones de personas, se vio reflejada en los índices de mortalidad de las series establecidas para cada uno de los países. La actual, seguramente, no llegará a esas cifras, pero su mortalidad es notable, sobre todo en los colectivos más vulnerables, aquellos con enfermedades previas y con más edad. 

Ana Vela de 114 años (2016), fuente:elpublico.com

En estos días, ha salido a la luz la noticia de dos mujeres que vivieron las dos pandemias, una cuando eran niñas, y otra en la actualidad, con la circunstancia que en esta segunda vez se han contagiado cuando se encontraban en residencias de ancianos. Una es Ana del Valle, de 106 años, que nació en el Cortijo El Queguijal, en Ronda, que ha tenido una vida dura en el campo andaluz. Vio morir con apenas seis años a su hermana mayor en la pandemia de comienzos del siglo XX. Por otra, Elisa Velasco, apunto de cumplir 105 años, ha logrado superar la enfermedad que se le diagnosticó a finales de marzo. También tuvo una vida vinculada al campo, en este caso, en el Bierzo.

La renta básica

(Fuente: RTVE)

La pandemia del Covid-19 ha traído dos consecuencias inmediatas, miles de fallecidos en el mundo y la paralización de la actividad económica. Se han tenido que cerrar las grandes fábricas y el pequeño comercio, la actividad hostelera y el turismo, para propiciar el distanciamiento social, y de esta manera, combatir la propagación del virus. Las líneas aéreas apenas tienen actividad y miles de trabajadores, especialmente los más vulnerables, han ido al desempleo. Los Estados han establecido medidas para que muchos empleados sigan cobrando un sueldo mientras la actividad económica se reanuda. Sin embargo, numerosas familias, que vivían al límite de la pobreza, se han quedado sin ingresos, seguramente ya para un largo tiempo.

(Fuente: opositaytrabaja.com)

Cuando todavía no se ha vencido al virus y la recesión económica empieza a dar señales, se ha propuesto como medida económica imprescindible, la llamada renta básica universal. Un ingreso mínimo que tendría dos finalidades. Por una parte, ser un nuevo sistema de distribución de rentas. Desde la crisis financiera universal sabemos que los gobiernos apoyaron la oferta, la liquidez de los mercados financieros. La recuperación fue muy lenta y perjudicó sobre todo a los más desfavorecidos, mientras enriqueció a los que ya eran ricos. Ahora, por otra parte, se propone impulsar la demanda de bienes y servicios. Porque el problema no tiene una raíz económica en sí, sino externa al proceso productivo.

(Fuente: lavanguardia.com)

La incidencia del virus ha evidenciado una situación grave. La mayoría de la gente sufre dificultades económicas, sociales y emocionales. La solución, por tanto, más rápida sería la aplicación de una renta básica universal para reforzar la resistencia de los individuos y las familias. Una solución que es apoyada por los agentes sociales, e incluso por el Banco Central Europeo. El gobierno español, según las últimas noticias, se dispone a aprobar un ingreso mínimo vital, a cargo de la Seguridad Social, y que entraría en vigor el mes de junio. Una buena noticia porque tendría carácter estructural, al corregir la ineficiente distribución de las rentas de nuestro país. Parece ser que un millón de familias serían las beneficiadas y alcanzaría un coste de unos 3.000 millones de euros.