Despedida del curso, 2011-2012



Terminamos el curso, satisfechos por los resultados conseguidos. Reflexionamos sobre los cambios producidos en la enseñanza. El profesor y los alumnos nos despedimos hasta el próximo año.

La luz en la pintura barroca

Joven con perla, 1665, Joannes Vermeer. La Haya
Los contrastes lumínicos, luz y sombra, constituyen una de las características fundamentales de la pintura barroca desde su inicio. Los grandes maestros del estilo tuvieron una gran preocupación por su representación, y de ahí la captación de los colores y las texturas de los objetos en la naturaleza y en los interiores domésticos. Uno de los que mejor supo con precisión y detallismo llevar al lienzo las posibilidades de la incidencia de la luz, fue el pintor holandés, Johannes Vermeer. Para ello nos valemos de uno de sus más famosos cuadros, Joven con perla, en el que una muchacha destaca iluminada sobre fondo oscuro, procedimiento no habitual en el autor. La perla brilla y sobresale en la sombra creada por el giro de la cabeza hacia el espectador, miestras el tronco se encuentra de perfil. La mirada se cruza con la nuestra, los labios ligeramente pintados y un turbante a la turca, azul y amarillo, completan esta obra maestra.
Hemos podido hacernos una idea de cómo fue realizada esta pintura viendo la película, LA JOVEN DE LA PERLA, del director, Peter Webber, basada en la novela histórica de Tracy Chevalier con el mismo título. La joven representada sería una sirvienta, Griet, de diecisiete años, de la cual se siente fascinado Vermeer, por su belleza y por su interés por la pintura, llegándose a convertir en su ayudante. A causa del interés del mecenas, Van Ruijven, porque el pintor aumente la producción, la joven se convierte en modelo, despertando los celos de la mujer del artista, que provocan su despido.  Más relevante que el argumento, es la ambientación de la película en la ciudad de Delft y la representación precisa de los interiores domésticos holandeses con la decoración y el vestuario adecuado, tantas veces pintado por Vermeer y otros maestros de la pintura holandesa. Para completar el conjunto, destaca la utilización por parte del director de la luz en diferentes claroscuros y perspectivas aéreas, jugando con la importancia que la pintura barroca da a estos elementos visuales.

Los españoles en la II Guerra Mundial

A los españoles muertos por Francia. Picasso.1946-1947
Tras la Guerra Civil, el régimen del Franco, afín a la Alemania nazi y la Italia fascista, no participaría oficialmente en el nuevo conflicto mundial contra las fuerzas aliadas. Sin embargo, si hubo participación destacada de soldados españoles en los hechos más renombrados de esa gran guerra. Por una parte, la llamada División Azul, una unidad española de voluntarios que sirvió en el ejército alemán entre 1941 y 1943 para combatir a la URSS en el frente del este, enviada en compensación de la ayuda recibida en la guerra española, y que sufriría grandes pérdidas en el sitio de Leningrado.
Por otra parte, los numerosos exiliados republicanos se incorporaron en el norte de África al ejército francés al servicio de la Francia Libre, formando la 9º Compañía, La Nueve, integrada en la División Leclerc, con la voluntad de seguir combatiendo el fascismo. Sus hechos más destacados fueron la participación en la liberación de París, de Estrasburgo, y en el asalto del refugio de Hitler en Berchtesgaden. Igualmente, hubo voluntarios españoles que sirvieron en el ejército británico para liberar Francia, en la llamada Spanish Company Number One; y un número relevante que luchó en las filas del ejército rojo, y que fueron condecorados por el combate en la retaguardia alemana y en sitios como Leningrado y Stalingrado. Unos setenta de ellos lucharon como aviadores, algunos como escolta directa del propio Stalin.