En el ámbito del sector servicios español destaca los cambios habidos en el transporte ferroviario, en concreto, el desarrollo de la alta velocidad. En este mes de abril se cumplieron los 25 años de la inauguración de la primera línea del AVE que unía Madrid-Sevilla. Fue el 21 de abril de 1992, justo un día después del inicio de la Exposición Universal de Sevilla. Hoy la red actual tiene 3.240 kilómetros operativos, lo que ha supuesto una inversión de 51.775 millones de euros en su construcción. El número de pasajeros se ha cuadruplicado en la última década, sobre todo en los trayectos de larga distancia. La alta velocidad transporta casi el doble de pasajeros que los trenes convencionales.
El AVE tiene elementos positivos y negativos. Entre los primeros se encuentran la mayor vertebración y conectividad que ofrece entre las grandes ciudades. Entre los negativos, su alto coste de construcción y mantenimiento, por lo que ha sido una empresa deficitaria. Se salva la línea Madrid-Barcelona, un trayecto que no se inauguró hasta 2008. Este trayecto sólo ha tenido 52,3 millones de pasajeros en nueve años. En la actualidad, la red está compuesta por cuatro corredores principales: Madrid-Barcelona, Madrid-Andalucía, Madri-Levante y Madrid-Norte. A pesar de que las inversiones producen pérdidas, pero réditos políticos, hay en contrucción 1.500 kilómetros y una modernización de la flota de los trenes.