El pasado miércoles 4 de mayo
el diario EL PAÍS cumplió 40 años. Hoy es el periódico en español con más lectores, y sin duda, uno de los más influyentes. Lo ha sido desde que comenzó su trayectoria en 1976, cuando acababa de morir el dictador, y a penas se iniciaba la llamada Transición, un periodo esencial de nuestra historia que permitió el régimen democrático actual. Él como ningún otro medio escrito, se identifica mejor con los calificativos del
cuarto poder o de
intelectual colectivo. Siempre ha sido un medio riguroso en la forma de presentar la información y abrir la tribuna a distintas opiniones a veces contradictorias.
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Detalle de la portada, 23 de febrero, 1981 |
Desde el punto de vista histórico, se comprende mejor el tiempo transcurrido desde mediados de los años 70, si se tienen presentes las páginas de EL PAÍS. Sin ellas no hubieramos profundizado en la comprensión de la situación política, social y cultural, y no hubieramos recibido las primeras tendencias del futuro. Por tanto, dos perspectivas respecto a este periódico, la actualidad del presente y la realidad venidera. De todo ello pueden dar fe los actos que se están celebrando con motivo del aniversario, y la propia experiencia personal como lector que ha sido intensa.
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Primera portada, 4 de mayo de 1976 |
En estos momentos que vamos a tratar en la asignatura de Historia de España aquellos años de transición entre un régimen dictatorial y democrático, nos ha resultado interesante, que el pasado 4 de mayo, el diario saliese a la venta con una portada y contraportada facsímil de aquella publicada en 1976. El régimen no había reconocido todavía a los partidos políticos; el presidente del gobierno era nada menos que Arias Navarro y el Jefe del Estado, El rey Juan Carlos I; y los atentados terroristas de ETA, protagonizaban la actualidad. Sin embargo, la situación estaba a punto de cambiar, el mismo diario publicaba una editorial en portada con el título, Ante la "reforma", y decía así:
Coincide la aparición primera de ELPAÍS con momentos singulares de la convivencia española. Desde la muerte del general Franco, y quizás antes, desde el asesinato del presidente Carrero, nuestro pueblo permanece en una constante y prolongada expectativa de cambio político que no acaba de producirse. Cuantos experimentos se han hecho desde el poder en los últimos dos años para tratar de asumir las profundas transformaciones operadas entre los españoles e integrarlas en el régimen vigente han fracasado.
La iniciativa reformista que el Rey asumiera en los tempranos días de su llegada al Trono parece condenada a similar destino, dada la actitud del gabinete ministerial. La pérdida de credibilidad de la política gubernamental es, nos tememos definitiva. Y ni el reciente discurso del presidente Arias ni las promesas, siempre incumplidas, de democratización consiguen ya prender en la esperanza de los españoles.......