El fenómeno migratorio


 Estamos estudiando las migraciones en 2º de ESO. Un fenómeno caracterizado por movimientos espaciales de la población dentro del propio país, que en origen se denominó éxodo rural, y los que implican cruzar las fronteras. Hoy en España somos 47,3 millones de habitantes, de las que el 88,6% tienen nacionalidad española (41,9 millones); y el 11,4% extranjera (5,4%). La población tiende a estabilizarse en un lugar concreto, arraigar y mejorar su nivel de vida. Atrás quedan las razones económicas, políticas y sociales que motivaron el viaje desde su lugar de origen. 



Hemos realizado la actividad SOMOS MIGRANTES, para ver en qué medida, nosotros o nuestros padres y abuelos, vivieron una experiencia migratoria. Consiste en dibujar un pequeño árbol genealógico, donde los alumnos, un total de 32, tienen que apuntar el lugar de nacimiento, de ellos mismos y de sus padres y abuelos, analizando un total de tres generaciones. En el grupo considerado había un total de 28 alumnos nacidos en nuestro país, mientras que 4 fuera, es decir que ellos mismos habían tenido un fenómeno migratorio externo, en concreto, del continente americano. Uno de ellos tenía tanto abuelo como padre de origen español.



En el grupo mayoritario de nacidos en nuestro país, el patrón más repetido, unos 12, es de aquellos nacidos en la Comunidad de Madrid, donde nos situamos, donde sólo los abuelos experimentaron la migración, en este caso, seguramente, éxodo rural. Existen 4 ejemplos en los que también son los padres los nacidos fuera, mientras existen dos casos de que son ellos mismos nacidos en otro lugar, mientras sus padres son originarios de aquí. Por otra parte, nos encontramos con 10 casos en los que sus padres y abuelos son de otro país. Datos que nos indican, por tanto, la variedad de la población y la incidencia del fenómeno migratorio.


El 90º aniversario de la proclamación de la Segunda República


 El pasado miércoles 14 de abril se conmemoró el 90º aniversario de la proclamación de la Segunda República, un número redondo, que nos recuerda el inicio de un régimen democrático, cuya existencia pacífica acabó truncada por el golpe de Estado de una parte del ejército en 1936. Durante el tercer trimestre la hemos estudiado dentro de los contenidos de la materia de Historia de España, y la trataremos en 4º. Aquel día en el que se proclamó, tras la victoria electoral de la coalición republicano-socialista dos días antes en las grandes ciudades del país, la población llenó la Puerta del Sol y las calles adyacentes para celebrar con inusitadas muestras de alegría, pero sin violencia, la caída de la monarquía, mientras Alfonso XIII marchaba al exilio.




Las esperanzas estaban puestas en el nuevo régimen que daría voz a los trabajadores. Pondría fin a años de gobierno de una oligarquía caciquil que se ocupaba sólo de mantener sus privilegios, sin afrontar las reformas imprescindibles para la modernización del país. El antiguo régimen de la Restauración, nacido con la constitución de 1876, había establecido el turno pacífico de dos partidos principales, el conservador y el liberal, bajo el control de la monarquía. La estabilidad del régimen se basaba en la corrupción electoral siguiendo las directrices del ministerio de gobernación, a través de los caciques. Tras la pérdida de las últimas colonias, se inició un proceso de regeneración que no pudo cambiar la mala situación de las clases populares. 




La incapacidad de transformarse del régimen de la Restauración, caracterizado por la crisis de los partidos políticos tradicionales, y una creciente oposición, derivó en la dictadura de Primo de Rivera en 1923, una solución más autoritaria, adoptada de la misma manera, por otros países europeos de la época. Tras la dimisión del dictador, el pueblo español apostó por un cambio radical en forma de gobernarse, que pudiese afrontar las reformas necesarias. Así nació la Segunda República con el aval del pueblo y las clases cultas, sin embargo, el signo de los tiempos, estaba en su contra. Las viejas clases dirigentes  habían adoptado la idea totalitaria del fascismo, y clamaron contra el régimen desde su inicio, contra cualquier medida que fuera expresión de la voluntad democrática en la mejora de la organización territorial del país, de la economía agraria, el ejército o la educación. 




Todavía se recuerdan las medidas que trataron de mejorar la situación de los trabajadores y jornaleros mas desfavorecidos, aquellas encaminadas a sacarles de la pobreza y el analfabetismo. La crisis del capitalismo, fruto de la reducción del comercio internacional durante la Gran Depresión norteamericana, contribuyó al fracaso. La pugna ideológica del momento entre las oligarquías tradicionales y las clases obreras e intelectuales, vistas como un peligro revolucionario, hizo que las primeras, echaran mano del fascismo, en boga en Italia y Alemania, para frenar cualquier opción de cambio democrático. En España el golpe de Estado de 1936 dio lugar a una sangrienta Guerra Civil, que sería antesala de la conflagración mundial. 

Las tareas de 4º del tercer trimestre

Vamos a estudiar durante el tercer trimestre en 4º la Segunda Guerra Mundial por una parte, y dentro del periodo, uno de los hechos más dramáticos de la misma, el Holocausto judío. Tendremos como referencia el Diario de Anna Frank. Por otra parte, nos centraremos en los acontecimientos que van a marcar la historia de España del siglo XX: la Segunda República y la Guerra Civil, el Franquismo y nuestro régimen democrático surgido en 1978. Los alumnos organizados de manera grupal, tratarán los aspectos más significativos de los tres temas, en forma de presentaciones, con sus respectivas exposiciones orales, para compartir los distintos resultados finales, listos para su evaluación.

La escultura de Bernini


 La obra de Gian Lorenzo Bernini ejemplifica lo que entendemos como estilo barroco en la escultura. Conocido, igualmente, como arquitecto, quiso la síntesis de las artes, al pretender unirlas en un sólo proyecto, que incluiría, incluso la luz natural. Hereda de Miguel Ángel, el ser referente de la escultura de su siglo, siempre al servicio de los Papas, de los que hizo las tumbas y los retratos. Su fama traspasó las fronteras, y estuvo al servicio del rey Luis XIV de Francia. De su padre escultor manierista, aprendió el oficio. La calidad de su estilo se mostraría desde sus primeras obras, como el Apolo y Dafne, que lleva al mármol, el tema mitológico de las Metamorfosis de Ovidio. Un estilo que capta el instante más dramático de la historia, tratado con realismo y teatralidad, y a la vez, concebido con diferentes puntos de vista.




El estilo de Bernini, que parte de los cánones clásicos, y supone un profundo estudio del  escultura helenística, con importantes ejemplos en las colecciones de Roma, desarrolla una mayor expresividad a la par que manifiesta gran virtuosismo técnico. De esta forma, el tema del David, se concibe en el momento preciso de lanzar la honda contra Goliat. Lleno de movimiento y tensión contenida. En la capilla Cornaro, el artista, consiguió esa síntesis de las artes, que buscaba constituyendo el prototipo del estilo barroco. Sobresale el grupo escultórico del Éxtasis de santa Teresa, donde la santa española, recientemente canonizada, se representa en medio de una visión, cuando es atravesada por el dardo del amor divino portado por un ángel.




En este grupo escultórico, Bernini, valora el claroscuro de los pliegues del manto, desde el dinamismo que imprime a la escena. En este sentido, en el mismo momento de la muerte, con expresión de dolor, esculpe a la beata Ludovica Albertoni. Por otra parte, para sus obras al servicio de los Papas, introduce una rica teatralidad, dentro de la monumentalidad que les confiere. Lo observamos en las tumba de Urbano VIII, el Baldaquino o en la Cátedra de San Pedro, donde se combina el mármol y el bronce. Fuera del Vaticano, nos encontramos numerosas fuentes de su mano, que muestran su labor de urbanista, como la famosa Fuente de los Cuatro Ríos o la del Tritón, uniendo los efectos visuales de la piedra y el agua.



Finalmente, sus retratos, destacan por el realismo y fidelidad en la representación del personaje, captado con gran penetración psicológica, en los que valora su poder y magnificencia. Nobles, papas y reyes quedaron plasmados para la posteridad. Uno de los más famosos fue el de Luis XIV, en busto y ecuestre, junto al del cardenal Richelieu, a los que hay que añadir los de Scipione Borghese y el Papa Paulo V.