El primer trimestre ha tenido a la pandemia con el Covid-19 de fondo. A diferencia del curso pasado, hemos convivido con este problema sanitario asistiendo todos los días a clase, siendo algunos alumnos los que han alternado su presencia en el centro. Las medidas de seguridad aplicadas, es decir distanciamiento, mascarillas y lavado de manos han resultado efectivas, y no ha habido contagio. Igualmente, ha coincidido con una progresiva reducción de la incidencia hacia el mes de diciembre, aunque la transmisión sigue siendo alta en toda la Comunidad de Madrid. Además, los jóvenes, ya se ha comprobado, no se ven tan afectados como los adultos, si en algún momento se contagian.
Las clases presenciales han demostrado su eficacia, sobre todo en los alumnos más jóvenes, más todavía si la ratio por aula era baja. La semipresencialidad, ha resultado un desafío para todos. Tener clases virtuales y presenciales según los días de la semana. La adaptación a esta circunstancia les ha supuesto un esfuerzo, organizarse mejor y distribuir el tiempo de realización de las tareas. En mi caso, solamente he tenido un grupo en esta modalidad, y he podido comprobar las dificultades experimentadas. De todas maneras, los alumnos mayores pueden afrontarla mejor. Aunque el efecto de las vacunas todavía tardará, esperemos, que en los meses siguientes se alivie la situación condicionada por las medidas de protección para el mejor desempeño.