El curso académico acaba de terminar. Sólo quedarán por realizar los exámenes extraordinarios de septiembre. En este momento nos podemos permitir una reflexión entorno a diversos aspectos que pretendimos desarrollar. En primer lugar el objetivo primordial, una metodología activa dentro del aula. Me parece la más adecuada para el aprendizaje por competencias, para el aprendizaje en general incluso. La actitud de escuchar atento al docente no dura mucho tiempo dentro del aula. Lo mejor es trabajar en una serie de tareas fundamentales. De esta manera se combate el aburrimiento y la inquietud, todo lo disruptivo que les impide motivarse para el estudio. Los alumnos presentan algunas veces resistencias a esta forma de hacer. Mucho mayores en los más jóvenes. Las promesas son que es mejor en casa, pero todos sabemos que allí hacen lo menos posible, y más en estos tiempos, donde se estima más el tiempo libre frente a los deberes.
Tanto para el trabajo en el aula como en casa, siempre muy necesario, es imprescindible, tener hábitos de estudio y una motivación esencial. La mayor parte de los resultados insuficientes en la educación secundaria están causados por la carencia de dichos aspectos. Se nota mucha en los alumnos de primer curso. Las razones son distintas, y el trabajo del profesor sólo no resulta efectivo. Por otro lado, tanto una característica como otra se incrementa según ascendemos de nivel y de edad. Porque resulta muy efectivo la responsabilidad del alumno en su propio aprendizaje. Es consciente de sus capacidades y hasta donde puede llegar. El docente puede presentar una serie de tareas y contenidos, pero si él no decide de forma positiva valorarlos, caerían en saco roto.
El empleo de la tecnología como herramienta para favorecer el trabajo dentro del aula. Ha sido básico en todos los niveles. Los alumnos que venían del colegio de primaria venían muy dispuestos a emplearla. Se ha dispuesto en el aula normal del grupo y en un aula con ordenadores. Hemos dedicado a veces todo el tiempo en ésta cuando había que finalizar una tarea. El aula virtual fue el mejor recurso para cada asignatura. Este curso se ha visto que la conectividad a Internet resulta fundamental para las clases diarias. Cuando ha fallado o ha sido cortada por razones de seguridad por el famoso ciberataque, se ha sentido que nos llevaban al pasado. Pienso que el empleo de la tecnología todavía se encuentra a un nivel básico. Podría ser mucho más intenso.
En relación con las posibilidades que ofrece la tecnología, se encuentran dos metodologías hoy en boga, que me parecen efectivas. Por un lado el trabajo por proyectos, ABP, desarrollado principalmente en 3º de ESO, e iniciado en 1º. Ofrece la resistencia por parte de los alumnos de no considerarlo con igual categoría que la evaluación y el trabajo por exámenes y la memorización. Sin embargo, es mucho más motivador y significativo, y de igual precisión en la evaluación, mucho más atenta a todo el proceso de aprendizaje. Por otro lado, se encuentra el Flipped Classroom, que supone, en principio el empleo de vídeos, para visualizarlos en casa y dejar el espacio del aula para realizar distintas tareas. Una manera de actuar que he trabajado sólo en el aula. El objetivo será practicarlo a fondo en el curso próximo, incluso combinandolo con la otra metodología.
Finalmente, el trabajo cooperativo y la convivencia positiva, no siempre alcanzados y que son fundamentales para desarrollar todos los elementos del aprendizaje. A todos los niveles, especialmente en los más bajos de la educación secundaria, existen entre los alumnos diferentes ritmos de estudio y capacidades. Si a ello se une las diversas procedencias culturales y de entorno social, hace que estos dos aspectos hayan causado una serie de dificultades. Al término del curso las circunstancias mejoran, pero deben ser buenas desde el principio.