Descubrimos el arte medieval


Estamos estudiando en 2º de ESO, el arte en sus distintas manifestaciones a través del proyecto, DESCUBRIMOS EL ARTE MEDIEVAL. Se va a extender durante dos trimestres del curso. Hasta el momento hemos llevado a cabo el estudio correspondiente al arte románico. Nos hemos centrado en los rasgos esenciales del estilo románico, referidos a los elementos propios de la arquitectura y la forma de entender la escultura y la pintura. Los alumnos, a parte de establecer las características principales, han tenido que buscar las imágenes de los ejemplos más significativos que se hayan en Europa y en España. Han podido comprobar que es un estilo, expresión de la organización feudal de la sociedad de la Alta Edad Media. El estilo se manifiesta en los monasterios de la orden de Cluny y en las iglesias de los caminos de peregrinación.



La escultura y la pintura románica están al servicio del mensaje espiritual de la época. Un mensaje simbólico centrado en la esencia del concepto religioso, que tiene como base las Sagradas Escrituras. El arte se pone a su servicio con una finalidad didáctica, en una sociedad en la que la mayoría de la población es iletrada. Lo observamos en las portadas, los capiteles, las fachadas, y los ábsides, decorados con esculturas y pinturas, al fresco en su mayoría. Para el segundo trimestre, que se iniciará en breve, vamos a hacer los mismo, pero en este caso, con el estilo gótico. Un cambio importante que expresa la nueva sensibilidad de la Plena y la Baja Edad Media. Un estilo que se prolongará en el tiempo hasta el siglo XV con la llegada del Renacimiento.



Un apartado especial corresponde al arte islámico, en concreto, el llevado a cabo en suelo español. Ocupa todo el periodo medieval, y lo estudiaremos como el anterior centrándonos en las características principales, los elementos más significativos y los ejemplos más relevantes. Para la realización del proyecto les proporciono un esquema básico y los ejemplos que tienen que buscar, la imagen y una pequeña información. Intentamos emplear un soporte digital, pero no descartamos el empleo de la impresión en papel y cartulina.

Nuestro museo imaginario


 

A lo largo de este curso, en la materia de Historia del Arte de 2º de Bachillerato, vamos a estudiar, un curso más, las obras de arte, tanto de arquitectura, escultura como pintura, y los autores seleccionados por la programación oficial del curso, mediante el proyecto, NUESTRO MUSEO IMAGINARIO, donde los alumnos tendrán que agrupar esas obras por épocas y estilos, para así tenerlas reunidas y facilitar su aprendizaje. Permitirá visualizarlas a golpe de ratón o pantalla, estimulando su estudio, gracias al soporte digital elegido para recoger la imagen o la información básica de la misma. Una imagen que podemos agrandar y reducir, disponiendo de la misma cuando la necesitemos rápidamente. El papel, así, tanto de un libro de texto o unos apuntes lo sustituimos por la flexibilidad y calidad que permite el soporte digital.

Cine e historia medieval: El último duelo


 El final de la Edad Media corresponde a un mundo en crisis a todos los niveles. En el siglo XIV un pequeño cambio climático, que provoca bajas temperaturas, reduce las cosechas ocasionando una pobre alimentación de los campesinos. De esta manera, la peste se extiende entre la población debilitada. Además, éstos apenas pueden pagar sus rentas a los señores feudales, que cada vez les exigen más. Los nobles vasallos se enfrentan a la alta nobleza, y éstos, a su vez, a los reyes, por el poder. La llamada, Guerra de los Cien Años asola Francia de violencia y muerte. En este ambiente, se desarrolla la película, EL ÚLTIMO DUELO, del director Ridley Scott, que se basa en un suceso real que tuvo lugar en Francia en 1387, según la crónica antigua de Jean Froissart, en la cual se basa el libro de Eric Jager del que parte el guion.



El suceso real es un duelo a muerte entre dos caballeros, tal vez el último concebido como un juicio de Dios, es decir que quien venciera estaba en posesión de la verdad. La muerte del contendiente era el castigo. Además, de la de su mujer, como en este caso, que se debatía  una denuncia que partió de ella y de su esposo, para restituir su honra. Los escuderos, nobles de menor rango, Jean de Carrouges y Jacques Le Gris son amigos y compañeros de batallas al servicio del rey de Francia. El destino los va a separar y enfrentar hasta su muerte.  El primero es iletrado pero extraordinariamente valiente en el combate, el segundo, de formación clerical y culto, va a ascender socialmente al servicio del conde Pierre d´Alençon.




Jean de Carrouges, cuya valentía le permitirá ser caballero del rey, tras la muerte de su primera esposa y su hijo por la peste, se casa de nuevo con Marguerite para mantener su linaje, de cuyo padre recibe una extensa dote. Es una mujer culta, lectora de libros, que es capaz de llevar las cuentas del feudo en ausencia del marido. En una ocasión que éste se encuentra combatiendo, Jacques Le Gris, la viola, después de haberse fijado en ella. En vez de callarse, prefiere denunciar, que no consintió, sino que fue forzada contra su voluntad. Jean decide ante la versión contraria de Le Gris, pedir al rey un juicio de Dios, que quien venciera el duelo a muerte, tendría la razón.




La película comienza y termina con el duelo. Entre el preámbulo y el final se desarrollan los tres episodios en las que se divide. Cada uno corresponde con las tres versiones de los hechos que motivan el duelo. La de Jean de Carrouges, la de Jacques Le Gris y la de Marguerite, que sería condenada a morir en la hoguera si su marido moría, cosa que ella desconocía antes de denunciar como violación los hechos. A final, el violento combate, primero a caballo, y luego con la espada, se decanta por su marido, restituyendo su honra y la de su linaje.

Características de la pintura romántica


 
Otra etapa en nuestro recorrido por el arte contemporáneo, corresponde al estilo romántico, que surgió casi al mismo tiempo que el neoclasicismo, y alcanzará su punto álgido en la primera mitad del siglo XIX. La sensibilidad romántica, que se manifiesta en todas las expresiones artísticas, apuesta por el individualismo, la mirada subjetiva del artista ahora convertido en un genio creador. Además, valora las emociones y los sentimientos, la capacidad expresiva frente al sometimiento a unas normas. Coincide con un mundo convulso por el cambio político y social de las revoluciones políticas y sociales. La pintura se muestra como el mejor medio para crear imágenes asociadas a la nueva sensibilidad.




Las guerras napoleónicas trastocaron el mapa de Europa. La exaltación de las costumbres nacionales, la lengua y la cultura de cada país, se encuentran en la base del nuevo espíritu. Nuestro continente, igualmente, se va abriendo a nuevas culturas, según se desarrolla la revolución industrial. Atrae en este momento lo pintoresco y lo distinto que proporcionan la culturas orientales o las nuestras más ligadas a la tradición. Se exalta el pasado medieval y concibe la naturaleza sometida a fuerzas sobrehumanas. La representación del paisaje será uno de los temas principales de la pintura. Una pintura que se caracteriza por predominio del color sobre el dibujo; los contrastes lumínicos y las composiciones dinámicas, llenas muchas veces de energía y dramatismo. 




Estas características las observamos en la pintura de autores como Théodore Gericault, en su emblemática obra, La balsa de la Medusa, que representa el momento de mayor dramatismo en el naufragio de esta fragata. Eugène Delacroix, expresa como ninguno, el espíritu de las revoluciones liberales y el nacionalismo de principios del siglo XIX. Así lo observamos en obras como La Libertad guiando al pueblo, o La matanza de Chíos y Grecia expirando en las ruinas de Missolonghi. Varias de sus obras se inspiran en el mundo oriental como La muerte de Sardanápalo o Mujeres de Argel. Las escuelas inglesa y alemana son las más importantes en la representación del paisaje romántico. Los fenómenos de la naturaleza como las tormentas o las tempestades son similares a la expresión de los sentimientos más exaltados. 




Frente al desarrollo urbano e industrial destructivo, el paisaje levemente humanizado nos llevan a la Arcadia feliz o si están poblados de ruinas, expresan la nostalgia por el pasado perdido. Ejemplos de esta corriente, los vemos en la obra de John Constable, representando la campiña inglesa. Capta en pinturas como El carro de heno, la vida tranquila del trabajo agrario, influidos por los cambios atmosféricos y lumínicos. Éstos se vuelven el tema principal en los cuadros de William Turner, en concreto, en Vapor, lluvia y velocidad. Finalmente, el paisaje adquiere un carácter simbólico y religioso en la pintura de alemán, Caspar David Friedrich, donde combina elementos y figuras del primer plano, frente a un fondo de espacio inmenso lleno de misterio, como en El caminante sobre el mar de nubes.

Frente a la crisis climática


 La Historia surgió entorno a grandes ríos como el Nilo en Egipto y el Eúfrates y el Tigris en Mesopotamia, en unas condiciones medioambientales que permitieron el desarrollo de la civilización humana. Hoy aquellos ríos que fluyeron durante miles de años sufren graves sequías, poniendo en grave peligro las formas de vida que se desarrollan en su entorno. Esto es sólo una muestra de las múltiples evidencias de la crisis climática que padece nuestro planeta. Grandes tormentas e inundaciones, elevadas temperaturas asociadas a incendios de última generación difíciles de combatir, fríos glaciares repentinos. La circulación atmosférica evidencia los problemas que le causan los gases de efecto invernadero. El dióxido de Carbono, el óxido nitroso y el metano.




Por ello el mundo está en guardia, y cada cierto tiempo se celebran conferencias internacionales auspiciadas por la ONU, para tomar acuerdos vinculantes en la mayoría de países para frenar el cambio climático. Este mes, entre el día 1 y el 12, se celebra en la ciudad escocesa de Glasgow la COP26 (Conferencia de las Partes), donde los líderes mundiales de unos doscientos países, aquellos que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y luego sus ministros tratan de llegar a compromisos claros y precisos que combatan las consecuencias del calentamiento global. La reunión mundial desarrolla la Conferencia de París de 2015 para reducir la subida de temperaturas a finales del siglo XXI en 1,5 grados, desde la época preindustrial. Sabemos que las temperaturas ya han subido en 2021 en 1,1 grados y el objetivo de cumplir lo acordado se aleja cada vez más.



El reto para los países es mayúsculo. Transformar nuestros sistemas industriales y energéticos y de transporte, y todo nuestro sistema de vida. Se necesitan planes de recorte de las emisiones convincentes e inmediatos, a corto plazo.  El informe de la ONU base de la COP26 se reafirma en los esfuerzos insuficientes de los países que piensan a largo plazo. De todas las maneras, unos 76 países han presentado planes en los que se prometen llegar a 2050 con emisiones netas en cero. A ellos se suman otros tantos países que sitúan la metas en 2060. Pero sólo once países cuentan con una ley nacional en la que se obligue a alcanzar esa neutralidad de emisiones. Doce miembros del G20 se han comprometido a un objetivo neto cero, sin mayores precisiones.




El mayor contaminante es China, seguida de EEUU, India y la Unión Europea. Los planes más convincentes provienen de los Veintisiete. La apertura económica tras la recesión provocada por la pandemia ha generado un aumento de emisiones tras el recorte del 5,6%, causado por el aumento de la demanda, unida a una fuerte subida de precios. Cambiar el sistema de generación de energía proveniente de los combustibles fósiles no se consigue de un día para otro. Los compromisos ya están encima de la mesa. Abandonar el carbón para generar electricidad. Dejar de producir coches de combustión en 2030. Reducir un 30% las emisiones de metano. Igualmente, ayuda financiera para los países más pobres para hacer frente a los efectos del calentamiento y a recortar sus emisiones. Esperamos que esta sea la senda correcta y efectiva por la que marchen los países que están comprometidos con el cambio climático.