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Los jugadores de cartas, 1890 |
Existen tres grandes pintores considerados dentro del
postimpresionismo: Vicent Van Gogh, Paul Gauguin y Paul Cézanne. Los tres se apartaron de la tradición académica y del movimiento impresionista que adquirió relevancia en la década de los setenta y ochenta del siglo XIX. El último llegó a exponer con ellos pero las diferencias técnicas y de propósito artístico le hicieron configurar una personalidad propia. De hecho llegó a abandonar París para trasladarse al sur de Francia, a su ciudad natal de Aix en Provence, hasta su muerte en 1906.
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La montaña Saint-Victoire, 1905 |
En los tres grandes maestros postimpresionistas se hunden las transformaciones más radicales de la historia de la pintura universal. Especialmente en Paul Cézanne, cuyas exposiciones públicas de obras, sirvieron de ejemplo a la investigaciones de Pablo Picasso y Georges Bracque sobre la manera de concebir la representación pictórica. No le llegó a interesar la captación de los efectos de luz, dependientes de los cambios atmosféricos sobre los objetos o en los paisajes naturales, sino que valora la visión subjetiva del artista, el intelecto en la elaboración de la imagen sobre el lienzo.
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Las bañista, 1906 |
La pincelada corta, pequeña que aplica colores puros, como hacían los impresionistas es sustituida por manchas uniformes y yuxtapuestas de color, que construyen de forma geométrica la imagen específica en el cuadro. La realidad natural, por tanto, se observa tras la mirada que delimita el espacio y la figuras humanas a través de esa forma geométrica. Cézanne, llegó a decir en una ocasión que "Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono y el cilindro". Muestro en esta entrada del blog, tres de sus obras maestras, que tuvieron réplicas de su mano: Los jugadores de cartas, La montaña Sainte-Victoire, y Las grandes bañistas.