Un retrato afortunado

 
Sharbat Gula, Pakistán, Steve McCurry
Los alumnos de Comunicación audiovisual terminan el trimestre con el estudio del retrato de una niña afgana que realizó en 1984 el fotógrafo Steve McCurry para la revista National Geographic y que se ha convertido en una imagen icónica, más allá del personaje representado. Las causas de tal valoración se centran en la fama que adquirió cuando fue publicada como portada de la revista en 1985. Al público le llamó la atención la calidad intrínseca del mismo y el valor expresivo de sus ojos, de la mirada hacia el espectador. Este éxito que le dio a partir de esos momentos prestigio profesional al fotógrafo llevaba a la posibilidad de identificar a la persona captada por la imagen. Eso fue posible 17 años después en Afganistán, convertida en una mujer casada madre de tres hijos y con una identidad reconocida. Se llama Sharbat Gula, de la étnia pashtún que tuvo que huir al campo de refugiados de Pakistán con motivo de la guerra, donde fue retratada.
Nos interesa sobre todo la imagen fotográfica que alcanzó la fama. Destacan los ojos y la mirada de la niña de gran fuerza expresiva. Un instante que transmite una personalidad humilde pero recia. La doble condición de refugiada de guerra y de mujer. La composición es sobresaliente. El rostro de frente con el pelo semicubierto por un velo, mientras el torso está de perfil levemente girado, que refuerza la dirección de la perspectiva hacia el mismo. La figura se corta por el pecho y la cabeza deja un pequeño espacio del fondo neutro. Todo ello completado por una magnífica gradación y armonía del color apagado. El colorido de los ojos se relaciona con el del fondo y el del vestido visto por los agujeros del velo deteriorado. La tonalidad de la piel y del pelo con la de éste en progresiva gradación. Todos los elementos precisos para convertirse en una imagen icónica, de alta significación, símbolo de las duras condiciones de los refugiados de guerra, de la identidad personal de la retratada, de la condición de la mujer en los países del Lejano Oriente asolados por la guerra y el fundamentalismo religioso.

Un cuento de la España negra

Hemos visto en clase de Imagen y Sonido, la película BLANCANIEVES, del director y guionista, Pablo Berger, diez veces premiada en los Goya de este año. Nos ha interesado especialmente por la utilización del lenguaje cinematográfico. Una película que recuerda las primeras realizadas en la historia del cine, sin sonido, ambientadas con una música de fondo externo a la propia cinta. También por el empleo del blanco y negro. Está en la órbita de la película, The Artist. La ausencia de sonido se compensa con la utilización de carteles escritos que van informando al espectador, con la mayor gestualidad de los actores a la hora de interpretar el personaje, con una compleja elaboración de planos, tomas y puntos de vista de las imágenes para que resulte más comprensivo el argumento. Esto hace que este tipo de producciones sean más ricas para el interesado en la creación de imágenes en movimiento. Sin embargo, la diferencia con aquellas antiguas películas se encuentra  en el empleo de medios digitales en la recreación de los paisajes y efectos especiales.
El argumento de la Blancanieves de Pablo Berger está inspirado en el cuento de los hermanos Grimm, aunque se le considera como original. Tenemos una protagonista, la niña primero y luego la joven Blancanieves, hija del famoso torero, Antonio Villalta, también dedicada al toreo con una serie de enanos, para dar espectáculo cómico. La madrastra será la autora de todos los males que acontecen a los personajes como el envenenamiento de la protagonista tras ingerir un trozo de manzana al final de la película. Más afortunada que la historia que trata, es la ambientación de la misma en la España de los años veinte, en el mundo del toreo. Recrea con fidelidad la decoración de aquellos años de los espacios arquitectónicos y el vestuario de los personajes, dando un carácter siniestro, excesivo, casi expresionista. Por un lado refleja el estilo Art Decó, por otro el mundo, un tanto simbolista, del regionalismo andaluz o flamenco del cante hondo, según la pintura de Julio Romero de Torresa, que representó a la mujer morena. De hecho la banda sonora de la película está caracterizada de esta forma y la madre de Blancanieves, es la famosa cantante Carmen de Triana. De igual manera, el propio mundo de los toros, la ambientación circense de los enanos, alude a la perspectiva de otro pintor de aquella época, José Gutiérrez Solana, que con colores oscuros captó con ese estilo expresionista, muy realista, la España negra, rural, atrasada y fatal.

Taller de microrrelatos audiovisuales

Sesión en el CA2M
Los alumnos de Imagen y Sonido realizaron la actividad Taller de Microrrelatos los días 27 de febrero y 6 y 13 de marzo, impartida por el Centro de Arte 2 de Mayo, en sus propios espacios y en el instituto. Se pretendía que organizados en grupos, elaborasen un vídeo donde narrar mediante el lenguaje audiovisual, un breve relato. Su contenido debería partir de objetos o imágenes fotográficas referidas a su propio pasado personal o familiar. De esta manera, crearon una serie de producciones con distintos temas concretados en la imagen de la mujer en el deporte; la familia imperfecta; la pérdida de los seres queridos; los gustos musicales, con los más diversos recursos, sin importar la sencillez de los mismos, pero no menos significativos, para mostrar la interpretación visual de la realidad, presente y pasada.

El interés por la vuelta al campo

Pueblo abandonado, Tobes. Guadalajara
La evolución económica española durante el siglo XX provocó la disminución de la importancia del sector primario en la economía, en favor de la industrialización y la terciarización. El desarrollo de las ciudades atrajo a numerosa población procedente del campo, el llamado éxodo rural. La ciudad ofrecía mejores oportunidades y un mayor nivel de vida. Esto causó el progresivo abandono de los pueblos que en una época se dedicaron a la agricultura y la ganadería. Me gustaría incidir en este fenómeno ahora que los alumnos de 2º de bachillerato en la asignatura de Geografía de España están estudiando los contenidos referidos a este sector económico, porque nos permite completar los mismos por una parte, y por otra, actualizarlos según los cambios que estamos viviendo.
De esta manera, hoy se está produciendo el fenómeno inverso, la vuelta de los urbanitas a los antiguos pueblos, algunos abandonados. La fuerte crisis económica que estamos viviendo hace que muchos de ellos regresen al medio rural para aprovecharse de las oportunidades de empleo que existen allí; para emprender negocios hosteleros; o simplemente para vivir en mejores condiciones de vida, lejos de la contaminación y el estres de las ciudades, ahora que se puede teletrabajar, es decir, tener empleo desde la web. De esta manera, el proyecto Abraza la Tierra, que trabaja en 19 zonas de España, tiene como objetivo frenar la despoblación de los pueblos, facilitando la integración de los nuevos pobladores, asesorándoles para emprender una nueva vida, desde el punto de vista empresarial o para la obtención de un puesto de trabajo.
En este sentido existen en nuestro país, unos 3.000 pueblos o aldeas abandonadas, de las que algunas se encuentran en venta. Muchas no se pueden porque faltan los documentos registrales. La comunidad con más pueblos abandonados es Galicia, con 1.400 aproximadamente. Según la información que utilizamos, el 70% de la gente que compra son particulares y el 30% restante hosteleros. Esta actividad ha crecido un 19% respecto a 2011, lo que indica el interés por la vuelta al campo. Los precios oscilan entre poco más de los 120.000 euros hasta los 4,5 millones en la provincia de Barcelona. Así, por lo que vale adquirir una vivienda en el centro urbano de una gran ciudad, puedes adquirir hasta un pueblo entero. La continua oferta ha provocado la subida de los precios de los mismos y de las casas para restaurar, lo que hace que el mundo rural crezca un poco en importancia sobre la ciudad, ahora afectada por la recesión económica.

Virxilio Vieitez: desde el oficio al arte fotográfico

Fermín y los niños, Soutelo de Montes, 1957
La Fundación Telefónica de Madrid expone una retrospectiva del fotógrafo VIRXILIO VIEITEZ, que reune más de 250 imágenes en blanco y negro y color, algunas conocidas y la mayoría inéditas elegidas entre 50.000 originales conservados. La muestra se divide en dos partes, una primera dedicada a su biografía y al estudio del que fue propietario, donde el visitante puede conocer su trayectoria vital entre 1930 y 2008 cuando murió. En ella se encuentran fotos personales, las cámaras y diferentes objetos que empleó en el estudio. Se dedicó a la fotografía desde su formación en la Costa Brava al servicio del turismo, luego cuando regresó a su pueblo natal, Soutelo de Montes, a principios de los años 50,  en el que se convirtió en fotógrafo profesional con estudio propio, dedicado a retratar a los vecinos de su misma localidad y alrededores donde se desplazaba, para los más diversos trabajos que le reportasen unos ingresos, desde comuniones y bodas, hasta funerales. También realizó algunos reportajes para la prensa, la radio y las compañías de seguros.
Fue, por tanto un fotógrafo de pueblo con bastante fama entre finales de los años cincuenta hasta la década de los setenta. El desarrollo del color y la popularización de la fotografía hicieron que su actividad profesional disminuyese hasta que se retiró en 1991. Su hija Enriqueta le dio a conocer al promover una primera exposición en su localidad, a la cual siguieron otras, hasta el punto que el famoso fotógrafo francés Hery Cartier Bresson destacó su valía, que puede comprobarse hoy en las salas de la Fundación Telefónica, en las cuales se pueden disfrutar de copias modernas en tamaño grande de retratos de todo tipo, de cuerpo entero, primeros planos y enteros, individuales y en grupo. De niños, adolescentes, jóvenes, ancianos, y matrimonios, captados en estudio o en la calle, el lugar donde el prefería realizar las fotografías, empleando luz natural, dejando un amplio espacio a las espaldas del retratado, con los más variopintos objetos, que proporcionan a su fotografías la grandeza que las hace valiosas. Atraen especialmente y son las más propias de su estilo, aquellas de plano general que dejan un espacio en primer plano y otro en la parte superior, en el que se utilizan elementos del paisaje o de un vehículo para reforzar la profundidad de campo, sin minusvalorar la figura del personaje.
Esperanza de Covas, Soutelo de Montes, 1960-61
 Un estilo singular asociado a una época de la historia de España, en el mundo rural gallego, en un pueblo de Pontevedra durante la dictadura franquista. Los habitantes, más numerosos que en la actualidad, tenían necesidad de ser fotografiados, para el carnet de identidad, para la cartilla de escolaridad o el libro de familia. Resulta curioso comprobar los rudimentos con que las hizo, situando una sábana blanca colgada en cualquier lugar y captando en plano medio al retratado, a pesar que luego el fotógrafo llevase al papel una parte menor de la figura. Muchas de sus fotografías si se observan los pocos originales o vintages que se exponen, fueron obras de pequeño o mediano formato para clientes sin muchos recursos. En la exposición actual, y en otras que le precedieron, el mayor tamaño permite descubrir la calidad de la composición, los rasgos visuales que consideran al fotógrafo Virxilieo Vieitez como un artista de la imagen, digno de admiración, característica que él mismo fue consciente cuando ya se había retirado, un rasgo de todas maneras común en la historia de este medio.
Finalmente, las imágenes más valiosas del artista entre finales de los cincuenta y sesenta, tienen un valor igualmente documental para el estudio de la sociedad española de aquellos años. En ellas se observa los cambios culturales y la incidencia del progreso técnico y económico en las gentes del mundo rural gallego. Por tanto una interesante muestra para todos los que estudiamos la imagen desde diferentes puntos de vista, artístico e histórico.