Madrid, ciudad en crisis

Palacio de las Comunicaciones, Ayuntamiento
Los alumnos de 3º de ESO han  comenzado a estudiar el poblamiento urbano.La comprensión del fenómeno urbano resulta esencial porque en primer lugar la mayoría de la población en España vive en ciudades. Lo que les afecte a ellas nos afecta directamente a todos. La prolongada recesión económica ha hecho mella no sólo en las finanzas privadas, sino también en los recursos de las administraciones públicas donde se encuentran los ayuntamientos. El objetivo de reducción del déficit público ha provocado el recorte en todas las partidas del gasto que afecta a la vida de los ciudadanos: limpieza, cultura, pavimento, iluminación, parques y conservación del medioambiente. 
Un caso particular corresponde a Madrid, capital de España, es decir, el centro político-administrativo, y una de las dos grandes metrópolis del país, junto a Barcelona, cuya influencia transciende a nivel mundial. Sin embargo, está sufriendo especialmente las consecuencias de la crisis económica, hasta el punto que se habla de la decadencia como ciudad, en el sentido del deterioro de las infraestructuras, de la reducción clara de los servicios que presta el ayuntamiento. Por otro lado, la reducción de la actividad comercial, ha propiciado el cierre de negocios y de sedes empresariales en la capital, con la consiguiente abandono de edificios La que fuera centro de la especulación inmobiliaria, conoce en la actualidad, la clara desinversión y la bajada de precios de las viviendas por la reducción de la demanda.


Al día de hoy, la deuda de la capital supera los 6 mil millones de euros, en gran parte causados por el soterramiento y urbanización posterior de parte de la M-30, solamente compensados por el disfrute intenso que hacen los ciudadanos de los nuevos espacios. En otras partes de la ciudad no se puede decir lo mismo. El sueño de la concesión de los Juegos Olímpicos ha supuesto un duro golpe, que ha dejado a medias una serie de proyectos arquitectónicos, y ha propiciado la desilusión que toda ciudad debe tener desde sus gestores políticos hasta el ciudadano corriente. A ello podemos añadir, la reducción del turismo que llega a Madrid en un 22% en comparación con el mes de agosto del año pasado, cuando en el resto de España ha crecido o se ha mantenido. Esto ha causado entre otras razones que el nivel de desempleo aumentase entre julio y septiembre un 1,7% en toda la Comunidad.


En la reducción de visitantes, que afecta a la actividad económica, han contribuido la elevación de las tasas aeroportuarias con el consiguiente vaciamiento de la famosa terminal T-4 de Barajas de las compañías low cost, relacionado además con la supresión de líneas de la compañía Iberia; la falta de inversión en la promoción internacional, y la falta de identidad o el deterioro de la misma ante un mundo cada vez más interconectado y globalizado. Queda detrás la fama que llegó a tener de ciudad divertida, para salir por el intenso ocio nocturno y el actractivo cultural de los museos, cines y teatros. Se llegó a decir, Madrid me mata, o de Madrid al cielo. Esperaríamos, en consecuencia, después de llegar a un nivel tan bajo, y pensando que toda crisis supone un cambio, un momento de inflexión hacia un nuevo escenario urbano con nuevas ideas y participación ciudadana.

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