Los retos de la enseñanza a distancia



El cierre de los centros educativos como consecuencia de la pandemia del coronavirus ha provocado que la enseñanza presencial haya sido sustituida por la llevada a acabo a distancia. No hubiera podido ser de esta manera, sin los avances digitales a través de Internet. Durante un tiempo el contacto directo entre los alumnos y el profesor, se ha transformado, en un comunicación indirecta desde las pantallas o canales específicos debido al confinamiento en nuestros hogares y al distanciamiento social imprescindible. En poco tiempo, los centros escolares y los docentes, han tenido que adaptarse a la nueva realidad, por una parte, potenciando las plataformas y herramientas digitales, por otra, elaborando unas metodologías adecuadas.

El que se haya podido realizar en tan poco tiempo, ha dependido de la progresiva digitalización de la enseñanza en los últimos años. Algunas metodologías que se estaban practicando, ya situaban parte de la docencia en Internet que servía para complementar las tareas desarrolladas en las aulas. De todas las maneras, la crisis sanitaria actual, ha provocado un cambio repentino, que ha evidenciado las dificultades de un modelo exclusivamente tecnológico y a distancia. Al centro educativo los alumnos van diariamente, no solamente para aprender unos contenidos y desarrollar una competencias que les permitirán ganarse la vida en el futuro, sino a socializarse, a aprender de las relaciones personales con los compañeros.



Los alumnos se han encontrado encerrados en familia, cercenados en un aspecto fundamental de su desarrollo personal y emocional, al no tener el contacto directo con otros compañeros de su edad. Los alumnos de más edad, han podido afrontar las nuevas circunstancias mejor, al tener mayor autonomía individual, mayor competencia digital y social. La nueva situación, ha puesto en evidencia, la importante brecha social y económica, entre los alumnos, que afecta a la disponibilidad de conexión, ordenadores y un espacio adecuado. El aprendizaje diario en el aula igualaba a todos los alumnos al hacerlos reunirse en un mismo espacio. 

El reto del futuro será, por tanto, una enseñanza capaz de superar las distintas circunstancia sociales a las que se tiene que afrontar con medios adecuados, suficientemente flexibles para no dejarse sorprender y colapsar por una pandemia. No debe olvidar su importante función, la socializadora, en dos sentidos, la de la relación personal igualitaria, y la de colaboración con las actividades económicas de la comunidad. De cual sea el punto de partida del alumno, la enseñanza recibida, dentro del aula, como fuera, a través de los medios digitales, le tendrá que proporcionar, la capacidad para afrontar un futuro digno.

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