Elementos del arte islámico

Mirhab, Mezquita de Córdoba
El Islam surge en la península arábiga en el siglo VII. La nueva religión monoteísta en su rápida expansión va a crear unas manifestaciones artísticas singulares, condicionadas porque la nueva fe desaconseja representar figuras humanas y animales. Por ello, su lenguaje artístico se centra en la arquitectura y en las artes aplicadas. En general el arte islámico, se caracteriza por su eclecticismo, al asimilar y reinterpretar elementos tomados de distintas culturas y fundirlos con con sus propias raíces para crear nuevas formas.

Mezquita de Kairouan, Túnez

La arquitectura islámica se desarrolla en un medio físico árido, que va a provocar que se vuelque a los espacios interiores. Emplea materiales pobres por la escasez de piedra. Desarrolla, en cambio, el ladrillo, el azulejo, el trabajo de la madera y el yeso, que se mostrarán sobrios en el exterior y ricamente decorados en el interior.

Sala de oración, Mezquita de Córdoba

Los soportes empleados fueron la columna y el pilar sobre los que descansan arcos de herradura, apuntados, de medio punto, lobulados, el mixtilíneo y los arcos entrecruzados. En las cubiertas emplean madera labrada, junto a bóvedas y cúpulas, que desarrollan con gran variedad de formas, como las de bulbo; la califal, formada por nervios que no se cruzan en el centro, o la gallonada, compuesta por segmentos cóncavos parecidos a los gajos de una naranja.


Cubierta del mirhab, Mezquita de Córdoba

La mezquita es el edificio musulmán más destacado. Debía de tener un espacio amplio para que la comunidad se reuniese o rezase. Su estructura se basa en la casa del profeta Mahoma, dividida en dos espacios, el patio, rodeado por un pórtico, e integrado por un fuente para lavarse y un torre o alminar, para llamar a la oración; y la sala de oración o haram, organizada en naves separadas por soportes y arcos, uno de cuyos muros, la qibla, se orienta hacia La Meca. En el centro tiene un nicho, el mihrab, con el Corán, donde se sitúa el imán, persona que dirige la oración. Al lado, se encuentra el mimbar, un púlpito desde el cual se pronuncia el sermón.


Ataurique, Alhambra de Granada

La decoración adquiere un papel predominante y ocupa toda la superficie del objeto decorado, según la tradición oriental del horror al vacío. Tanto el yeso, la madera, la piedra y la cerámica vidriada se policromaban, proporcionando un resultado de gran riqueza cromática. Los motivos más usuales son geométricos, figuras entrelazadas formando estrellas o polígonos, conocidos como lacería; dibujos vegetales estilizados, denominados ataurique; y las inscripciones con versículos del Corán, o epigráficos. Las composiciones se basan en la repetición seriada, la combinación de distintas decoraciones y la simetría.

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