La Gran Nevada



Los días 8 y 9 se produjo una de las mayores nevadas de la que se tienen datos en España, especialmente en la Comunidad de Madrid. Hay que remontarse al siglo XIX, para que la capital del país acumulase más de 40 cm de nieve. Ni aquellas caídas en 1963 o en la Navidad de 1970-1971, mostraron tales consecuencias. La AEMET advirtió con antelación de la alerta roja ante el extraordinario fenómeno climatológico, infrecuente a estas latitudes. Las consecuencias han sido numerosos daños de todo tipo. Un 70% del arbolado madrileño se encuentra dañado. La vida cotidiana se ha visto transformarse por la reducción obligatoria de la movilidad. Las clases presenciales se han retrasado desde el día 11 de enero, hasta mañana día 20.



Los efectos de la nevada, acompañada de ventisca, entre el viernes, día 8, y la mañana del sábado día 9 de enero, se incrementaron al ir acompañada por una intensa ola de frío que no se recordaba en la Comunidad de Madrid desde l945. Al sur de la misma se han alcanzado los -10ºC, y en el centro de la capital, unos -7ºC. Ver nevar en nuestra región resulta difícil, y más que cuaje. Esta vez, la nieve, que ha sido casi imposible retirar, se ha convertido en hielo, dificultando más su limpieza. Conocemos por los científicos que el Cambio Climático es inevitable, y sus efectos de subidas de las temperaturas como estamos padeciendo, deben ser mitigadas por un esfuerzo conjunto de todos los países para la reducción de gases efecto invernadero.



El Cambio Climático, que sufre ya nuestro planeta supone además que se produzcan fenómenos meteorológicos catastróficos. Temporales, tormentas, huracanes, gotas frías, ven incrementarse su fuerza sobre la Tierra. La borrasca Filomena, que hemos padecido estos días, se inscribe en la alteración de la circulación atmosférica causado por el fenómeno del calentamiento global.

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