La continua vacunación de la población española por grupos de edades ha propiciado que se vea luz al final del túnel de lo que ha supuesto la pandemia para los ciudadanos. Pero, los datos publicados el pasado viernes por el Instituto Nacional de Estadística, muestran la fuerte incidencia que ha tenido sobre la demografía, hasta tal punto, que son los peores datos de muertes y nacimientos de la serie histórica iniciada en 1941. En el año pasado fallecieron 492.930 personas, 74.227 más (un 17,73%) que en 2019. Por otra parte, han nacido 339.206 niños, un 5,94% menos que el año pasado. De esta manera, el saldo vegetativo, la diferencia entre nacimientos y muertes es el peor de la serie. Hubo 153.724 fallecidos más que nacimientos, el triple de la cifra de 2019.
Los peores datos por comunidades los tiene Madrid, donde las muertes subieron un 41,17% en un año, seguida por Castilla-La Mancha, un 32,33% y Castilla y León, un 25,97%. El virus ha provocado tal número de fallecidos favorecido por el envejecimiento de la población, cuya edad media son 43,58 años, y los mayores de 60, son el 26,6% del total. A la pandemia se une la crisis económica derivada para justificar la reducción de los nacimientos. La incertidumbre por el futuro o la situación laboral ha hecho que las parejas se retraigan para tener hijos. De esta forma, la edad media de la maternidad alcanza un nuevo récord, 32,3 años y el número de hijos por mujer (1,18) es el más bajo desde el año 2000.
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