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Primer trimestre con pandemia


El primer trimestre ha tenido a la pandemia con el Covid-19 de fondo. A diferencia del curso pasado, hemos convivido con este problema sanitario asistiendo todos los días a clase, siendo algunos alumnos los que han alternado su presencia en el centro. Las medidas de seguridad aplicadas, es decir distanciamiento, mascarillas y lavado de manos han resultado efectivas, y no ha habido contagio. Igualmente, ha coincidido con una progresiva reducción de la incidencia hacia el mes de diciembre, aunque la transmisión sigue siendo alta en toda la Comunidad de Madrid. Además, los jóvenes, ya se ha comprobado, no se ven tan afectados como los adultos, si en algún momento se contagian.



Las clases presenciales han demostrado su eficacia, sobre todo en los alumnos más jóvenes, más todavía si la ratio por aula era baja. La semipresencialidad, ha resultado un desafío para todos. Tener clases virtuales y presenciales según los días de la semana. La adaptación a esta circunstancia les ha supuesto un esfuerzo, organizarse mejor y distribuir el tiempo de realización de las tareas. En mi caso, solamente he tenido un grupo en esta modalidad, y he podido comprobar las dificultades experimentadas. De todas maneras, los alumnos mayores pueden afrontarla mejor. Aunque el efecto de las vacunas todavía tardará, esperemos, que en los meses siguientes se alivie la situación condicionada por las medidas de protección para el mejor desempeño.



Despedida en la nueva normalidad

El curso 2019-2020 ha tocado a su fin. Un curso que pasará a la historia por el confinamiento de la población por la pandemia de Convid-19, que ha provocado la suspensión de las clases presenciales, en favor de las realizadas a distancia por Internet. Tanto los alumnos como los profesores nos hemos tenido que adaptar rápidamente a la nueva situación. Ha quedado en evidencia la brecha digital entre algunos alumnos, que es una desigualdad económica, por la imposibilidad de disponer de dispositivos electrónicos y conexión wifi. Además, y en consecuencia, del valor de las clases presenciales como factor de socialización y de igualdad fundamental. A una situación excepcional, se le ha dado soluciones provisionales, pues la enseñanza tiene un diseño en gran medida presencial. Se ha tenido que improvisar con un aprendizaje y una evaluación a distancia. De todas las maneras, ha facilitado la experiencia novedosa, que ya se estaban aplicando, métodos basados en los avances tecnológicos a distancia con numerosas herramientas a propósito.

 El futuro está lleno de incertidumbre. Por una parte, se encuentra la incidencia del virus hasta que no haya vacuna o tratamiento efectivo, por otra, el deseo que la enseñanza vuelva a ser presencial en septiembre con suficientes garantías sanitarias. Habrá que ver qué solución se proporciona sin que haya menoscabo de la seguridad ni de la calidad del aprendizaje.

Balance del curso 2016-2017



El curso académico acaba de terminar. Sólo quedarán  por realizar los exámenes extraordinarios de septiembre. En este momento nos podemos permitir una reflexión entorno a diversos aspectos que pretendimos desarrollar. En primer lugar el objetivo primordial, una metodología activa dentro del aula. Me parece la más adecuada para el aprendizaje por competencias, para el aprendizaje en general incluso. La actitud de escuchar atento al docente no dura mucho tiempo dentro del aula. Lo mejor es trabajar en una serie de tareas fundamentales. De esta manera se combate el aburrimiento y la inquietud, todo lo disruptivo que les impide motivarse para el estudio. Los alumnos presentan algunas veces resistencias a esta forma de hacer. Mucho mayores en los más jóvenes. Las promesas son que es mejor en casa, pero todos sabemos que allí hacen lo menos posible, y más en estos tiempos, donde se estima más  el tiempo libre frente a los deberes.


Tanto para el trabajo en el aula como en casa, siempre muy necesario, es imprescindible, tener hábitos de estudio y una motivación esencial. La mayor parte de los resultados insuficientes en la educación secundaria están causados por la carencia de dichos aspectos. Se nota mucha en los alumnos de primer curso. Las razones son distintas, y el trabajo del profesor sólo no resulta efectivo. Por otro lado, tanto una característica como otra se incrementa según ascendemos de nivel y de edad.  Porque resulta muy efectivo la responsabilidad del alumno en su propio aprendizaje. Es consciente de sus capacidades y hasta donde puede llegar. El docente puede presentar una serie de tareas y contenidos, pero si él no decide de forma positiva  valorarlos, caerían en saco roto.


El empleo de la tecnología como herramienta para favorecer el trabajo dentro del aula. Ha sido básico en todos los niveles. Los alumnos que venían del colegio de primaria venían muy dispuestos a emplearla. Se ha dispuesto en el aula normal del grupo y en un aula con ordenadores. Hemos dedicado a veces todo el tiempo en ésta cuando había que finalizar una tarea. El aula virtual fue el mejor recurso  para cada asignatura. Este curso se ha visto que la conectividad a Internet resulta fundamental para las clases diarias. Cuando ha fallado o ha sido cortada por razones de seguridad por el famoso ciberataque, se ha sentido que nos llevaban al pasado. Pienso que el empleo de la tecnología todavía se encuentra a un nivel básico. Podría ser mucho más intenso.



En relación con las posibilidades que ofrece la tecnología, se encuentran dos metodologías hoy en boga, que me parecen efectivas. Por un lado el trabajo por proyectos, ABP, desarrollado principalmente en 3º de ESO, e iniciado en 1º. Ofrece la resistencia por parte de los alumnos de no considerarlo con igual categoría que la evaluación y el trabajo por exámenes y la memorización. Sin embargo, es mucho más motivador y significativo, y de igual precisión en la evaluación, mucho más atenta a todo el proceso de aprendizaje. Por otro lado, se encuentra el Flipped Classroom, que supone, en principio el empleo de vídeos, para visualizarlos en casa y dejar el espacio del aula para realizar distintas tareas. Una manera de actuar que he trabajado sólo en el aula. El objetivo será practicarlo a fondo en el curso próximo, incluso combinandolo con la otra metodología.


Finalmente, el trabajo cooperativo y la convivencia positiva, no siempre alcanzados y que son fundamentales para desarrollar todos los elementos del aprendizaje. A todos los niveles, especialmente en los más bajos de la educación secundaria, existen entre los alumnos diferentes ritmos de estudio y capacidades. Si a ello se une las diversas procedencias culturales y de entorno social, hace que estos dos aspectos hayan causado una serie de dificultades. Al término del curso las circunstancias mejoran, pero deben ser buenas desde el principio.

Balance final del curso 2015-2016


El curso 2015-2016 acaba de terminar. Atrás quedan un cúmulo de nuevas experiencias de aprendizaje desarrolladas en el aula. La sociedad actual se encuentra en un proceso de cambio continuo fruto del empleo de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana. Si alguién dijo que los tiempos están cambiando, hoy se puede aplicar este verso mucho mejor. En todas las facetas de la vida se habla de reformar o transformar para evolucionar y tener resultados positivos. Lo mismo sucede en la educación. Cada día en los medios de comunicación y en las redes sociales aflora la necesidad de innovar, de cambiar, de aplicar nuevos métodos de aprendizaje para conseguir una educación de calidad, la educación del futuro.


Una educación que ya se encuentra en el horizonte pero cuya aplicación plantea numerosos desafíos. Algunos de tal calado que se habla incluso de hacer todo lo contrario, regresar a lo que fue el pasado. Sin embargo, la sociedad no gira sobre si misma, sino cambia el paradigma con los nuevos tiempos que siempre se dirigen hacia adelante. La educación, que todo el mundo pretende que sea de calidad está sometida a las fuerzas ideológicas y a los intereses en los que nos organizamos. Todos los integrantes de las comunidades educativas esperamos que se pongan de acuerdo para tener claro los plantemientos en los que desarrollar nuestra labor.


A lo largo del curso he pretendido incorporar las nuevas metodologías que están empezando a alcanzar relevancia a las materias y a los distintos niveles. De la misma manera, seguir utilizando las herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje para impulsarlo, para desarrollarlo mejor. En primer lugar, hemos empleado un curso en la plataforma Moodle del centro para organizar las actividades y los contenidos en todos los grupos. La eficiencia ha dependido de su utilización por parte de los alumnos y del profesor en el aula. Tenía un planteamiento desde el principio que iba a centrarme principalmente en el trabajo dentro de este espacio desarrollando una metodología activa. Las clases eran para trabajar individual o en grupo.


Así lo he llevado a la práctica tanto en Bachillerato como en la ESO. Quería que los alumnos adquiriesen más responsabilidades en su aprendizaje, que se convirtieran de manera decidida en sujetos activos y se motivaran más. También en la evaluación, que ellos participasen. El examen dejaría de ser la evidencia más importante para obtener una calificación. Sería una más, no la más relevante. Tenía el objetivo de mostrar un planteamiento basado en la adquisición de las competencias, de desarrollar aquellas capacidades innatas del alumnado para dirigir su propio aprendizaje. Me parece que los nuevos aspectos aplicados de diferente manera, han resultado positivos, en espera de desarrollarles de forma precisa con mayor convencimiento por todos.


La mayoría de los alumnos este curso han sido de 2º de Bachillerato, muy condicionados por la prueba de acceso a la universidad. De todas maneras, la introducción de videotutoriales, la realización de trabajos que desarrollaran los contenidos, su exposición en clase, ha traido buenos resultados. Me han parecido mejores que los obtenidos con los exámenes. En ellos he visto una mayor implicación en el aprendizaje. Resulta una buena metodología invertir la clase, introducir en un sentido amplio la Flipped Classroom. En la ESO, me gustaría realizar lo mismo. Requiere mayor concienciación. Por ello me he decantado por el ABP, el trabajo por proyectos o por tareas integradas, cuyo procedimiento activo de indagación y su carácter significativo, ha dado unos resultados igualmente buenos, reduciendo los suspensos.