El curso 2015-2016 acaba de terminar. Atrás quedan un cúmulo de nuevas experiencias de aprendizaje desarrolladas en el aula. La sociedad actual se encuentra en un proceso de cambio continuo fruto del empleo de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana. Si alguién dijo que los tiempos están cambiando, hoy se puede aplicar este verso mucho mejor. En todas las facetas de la vida se habla de reformar o transformar para evolucionar y tener resultados positivos. Lo mismo sucede en la educación. Cada día en los medios de comunicación y en las redes sociales aflora la necesidad de innovar, de cambiar, de aplicar nuevos métodos de aprendizaje para conseguir una educación de calidad, la educación del futuro.
Una educación que ya se encuentra en el horizonte pero cuya aplicación plantea numerosos desafíos. Algunos de tal calado que se habla incluso de hacer todo lo contrario, regresar a lo que fue el pasado. Sin embargo, la sociedad no gira sobre si misma, sino cambia el paradigma con los nuevos tiempos que siempre se dirigen hacia adelante. La educación, que todo el mundo pretende que sea de calidad está sometida a las fuerzas ideológicas y a los intereses en los que nos organizamos. Todos los integrantes de las comunidades educativas esperamos que se pongan de acuerdo para tener claro los plantemientos en los que desarrollar nuestra labor.
A lo largo del curso he pretendido incorporar las nuevas metodologías que están empezando a alcanzar relevancia a las materias y a los distintos niveles. De la misma manera, seguir utilizando las herramientas tecnológicas al servicio del aprendizaje para impulsarlo, para desarrollarlo mejor. En primer lugar, hemos empleado un curso en la plataforma Moodle del centro para organizar las actividades y los contenidos en todos los grupos. La eficiencia ha dependido de su utilización por parte de los alumnos y del profesor en el aula. Tenía un planteamiento desde el principio que iba a centrarme principalmente en el trabajo dentro de este espacio desarrollando una metodología activa. Las clases eran para trabajar individual o en grupo.
Así lo he llevado a la práctica tanto en Bachillerato como en la ESO. Quería que los alumnos adquiriesen más responsabilidades en su aprendizaje, que se convirtieran de manera decidida en sujetos activos y se motivaran más. También en la evaluación, que ellos participasen. El examen dejaría de ser la evidencia más importante para obtener una calificación. Sería una más, no la más relevante. Tenía el objetivo de mostrar un planteamiento basado en la adquisición de las competencias, de desarrollar aquellas capacidades innatas del alumnado para dirigir su propio aprendizaje. Me parece que los nuevos aspectos aplicados de diferente manera, han resultado positivos, en espera de desarrollarles de forma precisa con mayor convencimiento por todos.
La mayoría de los alumnos este curso han sido de 2º de Bachillerato, muy condicionados por la prueba de acceso a la universidad. De todas maneras, la introducción de videotutoriales, la realización de trabajos que desarrollaran los contenidos, su exposición en clase, ha traido buenos resultados. Me han parecido mejores que los obtenidos con los exámenes. En ellos he visto una mayor implicación en el aprendizaje. Resulta una buena metodología invertir la clase, introducir en un sentido amplio la Flipped Classroom. En la ESO, me gustaría realizar lo mismo. Requiere mayor concienciación. Por ello me he decantado por el ABP, el trabajo por proyectos o por tareas integradas, cuyo procedimiento activo de indagación y su carácter significativo, ha dado unos resultados igualmente buenos, reduciendo los suspensos.
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