Los alumnos de 4º de ESO acaban de estudiar la Segunda Revolución Industrial, en la que surgieron nuevas formas de producción que incrementaron el número de mercancías a la venta, favorecido por los constantes avances tecnológicos en la industria. La creciente competencia entre las empresas forzó ya desde aquella época, la necesidad de controlar el mercado desde el acuerdo entre las mismas, sin sobrepasar los límites establecidos por las leyes. Sin embargo, pueden ocurrir casos de concentraciones o manipulaciones ilegales del mercado.
Este es el caso que se ha conocido este mes, según la noticia de prensa, en un grupo de bancos europeos que han sido sancionados por la Comisión Europea, con una importante multa, 1.710 millones de euros, por actuar como un cartel para manipular a su antojo los tipos de interés de referencia que se aplican a millones de hipotecados, ahorradores y empresas, a través de productos derivados vinculados a índices como el euríbor. Los bancos sancionados por realizar estas malas prácticas son el Deutsche Bank, Societé Générale, Royal Bank of Scotland, JP Morgan, Citigroup y el bróker, RP Martin. Otros que participaron en la manipulación, el británico Barclays y el grupo suizo UBS, has sido librados de la multa por colaborar en la investigación.
La libre competencia es fundamental para que funcione el sistema económico, más si éste se caracteriza como premisa esencial por la libre concurrencia de los productos en el mercado que determina los precios que han de pagar los consumidores. Cualquier deformación de este principio, causa importantes daños a unos, y a otros reporta injustos beneficios. Ésto es lo que ha sucedido en la banca europea, que las autoridades han descubierto, sin mucho esfuerzo, por la actuación sin códigos ocultos de los falsificadores, hasta el punto que no sólo acordaban los índices de referencia, sino también la colaboración entre bancos que deberían competir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario