Los jóvenes contra el cambio climático


Ayer viernes 15 de marzo, los jóvenes fueron convocados a una huelga de carácter internacional por el clima, dentro de las iniciativas, #FridaysForFuture, Viernes para el futuro, o Juventud por el Clima. Un movimiento que arrancó en Suecia por la actitud de Greta Thunberg, una muchacha de 16 años, estudiante de secundaria, el pasado 20 de agosto, que empezó a llamar a la huelga escolar delante del parlamento. Desde ese día la protesta ha continuado hasta la actualidad, extendiéndose por todo el mundo. Los motivos de Greta, en principio, parten de la conciencia que existe un problema global climático muy grave, que amenaza el futuro de todos los seres humanos, especialmente de los más jóvenes, que sufrirán los efectos del cambio climático al que los políticos no ponen remedio. Las medidas que toman no sirven para cumplir los Acuerdos de París, imprescindibles para que la temperatura no suba a final de siglo 1,5 grados, y se produzca la catástrofe medioambiental.


Greta se ha puesto a la cabeza de una lucha imprescindible e inevitable, en la que no se puede esperar más. Los científicos y los jóvenes, muchos de ellos cuya edad les impide votar en unas elecciones, reclaman soluciones a corto plazo, unos cambios ya, en este momento, porque falta tiempo para solucionar una crisis climática evidente. La emisión de gases de efecto invernadero deben reducirse considerablemente. Los gobiernos deben tomar las medidas oportunas para ello sin más dilación. Las energías limpias deben sustituir a las sucias. El consumo desaforado e impropio de los países ricos debe reconducirse. La economía, igualmente, debe reestructurarse porque el lujo o el bienestar no puede favorecer a unos y causar el sufrimiento de la mayoría. Tenemos que quitarnos la venda de los ojos, un obstáculo de confort que nos impide ser conscientes de una realidad que será catastrófica en 2080, cuando vivan los jóvenes de hoy con menos de 20 años.


Los centros de poder mundiales parece que se han tomado en serio esta iniciativa que tiene a Greta Thunberg como símbolo. La joven sueca fue invitada a la cumbre del clima de Naciones Unidas en Katowice; en el Foro de Davos y en Bruselas, sede de la Unión Europea. Solamente falta que los políticos se dejen de titubeos, de negociaciones interminables donde los especuladores acaban ganando, y hagan algo, porque hay una enorme preocupación por el clima de nuestro planeta.

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