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El pasado 5 de octubre, el diario EL PAÍS, publicó un estudio sobre la segregación educativa en España, por la cual, las desigualdades entre pueblos y barrios, se reproducen entre los colegios. Lo normal es encontrar en una misma escuela alumnos de orígenes sociales parecidos. Los centros educativos están segregados por las características de sus padres, como su riqueza o sus estudios. Este fenómeno se aprecia en la privada y concertada como en la pública.
El estudio llega a cinco conclusiones: Los colegios de vecindarios pobres son casi siempre públicos. Las escuelas privadas o concertadas siempre se concentran en zonas de rentas más altas. Un ejemplo se observa en los barrios más ricos de Madrid. En relación con esto, los concertados y privados tienen estudiantes de familias favorecidas, mientras en la pública predominan las familias de clase baja y media-baja. Por otra parte, dentro de la pública también hay segregación. En la Comunidad de Madrid hay colegios públicos de clase baja, media y alta. La expansión del programa bilingüe desde 2015, y la elección de un cole u otro, ha contribuido a ello.
La segregación tiene causas diversas. Las familias viven en barrios de diferentes rentas y eligen un centro acorde a su nivel. Las políticas educativas relacionadas con la asignación, la planificación de la oferta escolar o los recursos influyen notablemente. Finalmente, hay mejores notas a mayor nivel socieconómico. Los colegios que tienen alumnos de clases medias o altas obtienen mejores resultados. Los sistemas y las políticas educativas intentan, pero no consiguen romper esta dinámica, que el origen del alumno pese en los resultados.
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