La pintura realista y la sociedad de clases



 A mediados del siglo XIX, surge un nuevo estilo de pintura, el realismo. Coincide con el desarrollo de la industrialización y de una nueva sociedad, la de clases, basada en el nivel de riqueza de las personas. El grueso de la población pertenece a las clases desfavorecidas: el campesinado, y el nuevo proletariado, que ha participado, junto a la pequeña burguesía, en la revolución de 1848. En la misma fecha, Marx y Engels publican el Manifiesto Comunista. Las nuevas circunstancias influyen en los artistas en favor de un compromiso ético con las clases desfavorecidas. Por ello apuestan por una pintura que refleje la realidad de forma objetiva, sin ninguna retórica. En esta línea podemos destacar tres artistas franceses: Gustave Courbet, François Millet y Honoré Daumier.




Courbet fue un pintor de ideas socialistas que participó en la revolución de 1848 y en la Comuna de París. Su pintura fue revolucionaria en los temas y en la forma respecto al estilo romántico. Causó, de esta manera, escándalo al fijarse en la realidad de lo representado sin idealización. Inmortalizó, por ejemplo, a picapedreros, a su propio taller, un entierro popular, desnudos, y escenas de caza. Un entierro popular, en un pueblo donde buscó refugio, es el tema de una de sus obras capitales. En Ornans, realizó a modo de friso un retrato colectivo de más de 6 metros, que llamó la atención por llevar al lienzo un asunto que no era de interés para los artistas tradicionales. Igualmente, por aludir a la muerte de forma desapasionada y sin transmitir pensamientos elevados, sin contenido o argumento literario.



 François Millet reflejó en sus obras el trabajo campesino sin mayores pretensiones. Utiliza composiciones simples y figuras monumentales en paisajes que valoran los cambios de luz y de atmósfera. Honoré Daumier fue otro artista comprometido políticamente, para el que el arte es un instrumento de lucha para transformar la realidad social. Desarrolló una importante labor como caricaturista político empleando diferentes medios, la pintura, el dibujo, la acuarela, y especialmente la litografía. El tema, El vagón de tercera clase, lo desarrolló en una serie de obras, que muestran una precisa descripción de la realidad, mediante líneas fluidas y claroscuro.

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