Sabemos que en el taller de Leonardo había un modo de trabajar común, aparte de las influencias formales. El aprendizaje junto al maestro estaría centrado en la educación de la mirada y en que supiesen comprender los fenómenos lumínicos y cromáticos que fueron objeto de sus investigaciones. Les dejaba gran libertad, siempre que mantuviesen la calidad final y los objetivos propios del arte de la pintura que tanto demostró en sus escritos conservados. Leonardo autorizó la copia, como observamos del retrato de Mona Lisa, a partir de sus prototipos, ya sean pinturas o dibujos, y además, en ocasiones, intervino en ellos. El genio, supervisaba los trabajos de pintura de los discípulos después de haberles proporcionado modelos dibujados, y en algún caso, de obras que nunca llegó a pintar, como el tema de Leda y el cisne. La huella de Leonardo, por tanto, no sólo se manifestó en los discípulo directos, sino en pintores contemporáneos como Andrea del Sarto, Rafael Sanzio, y los españoles, Fernando Llanos y Fernando Yáñez de la Almedina.
Blog de Aula. Medio de comunicación para el profesor y los alumnos, en el que se encuentran actividades, información y contenidos
Mostrando entradas con la etiqueta Pintura renacentista. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pintura renacentista. Mostrar todas las entradas
El taller de Leonardo da Vinci
El Museo del Prado organiza una pequeña pero significativa exposición sobre el taller de Leonardo da Vinci y su manera de enseñar pintura a sus discípulos, titulada, LEONARDO Y LA COPIA DE MONA LISA. NUEVOS PLANTEAMIENTOS SOBRE LAS PRÁCTICAS DEL TALLER VINCIANO. Se centra en tres obras que se realizaron en ese ámbito, Mona Lisa del Museo del Prado, la Santa Ana del Hammer Museum, y el Salvator Mundi de Ganay. Todas ellas coinciden que son copias realizadas por el mismo autor, hasta ahora desconocido, que trabajaba en el taller de Leonardo. A través de procedimientos técnicos como la reflectografía infrarroja se ha podido deducir mucho más, aparte de esa autoría, debido a la coincidencia en el estilo del trazado subyacente y en la manera de construir las carnaciones.
La Gioconda de Leonardo da Vinci
![]() |
La Gioconda, 1503-1519, Museo del Louvre |
Quería comentar una pintura del Cinquecento, aquella que mejor representase este periodo comprendido por la obra de los grandes maestros del Renacimiento. Podía elegir varias entre las indicadas, incluso, para el nivel de 2º de Bachillerato. Al final me decidí por la Gioconda o Mona Lisa, sin duda la pintura más famosa del mundo. Aquella que logra alterar el ritmo de visitas, ya elevado, del Museo de Louvre, para provocar un tumulto de turistas, palos de selfie y cámaras fotográficas. Los numerosos interrogantes que la rodean, y las copias y parodias a las que ha dado lugar, la han convertido en un auténtico icono cultural.
Representa un retrato de medio cuerpo de Lisa Gerardini, esposa del banquero, Francesco del Giocondo, encargado a Leonardo para celebrar el nacimiento de su segundo hijo. Fue comenzado en la ciudad de Florencia en 1503, y al parecer, siempre retocado por el maestro hasta su muerte acaecida en la corte francesa en 1519. El mismo rey, Francisco I, lo adquirió por esas fechas, para pasar a las colecciones reales. La dama se encuentra en una galería, sentada en un sillón, con los brazos cruzados en un lateral, que producen un leve contrapposto a la figura, para evitar la frontalidad. Al fondo se observa un paisaje onírico, brumoso, que se pierde en la lejanía. Un tratamiento similar al empleado en la Virgen de las rocas. La luz entra por la izquierda e ilumina sobre todo, el rostro, el pecho y las manos.Un rostro caracterizado por una pequeña sonrisa mientras sus ojos están fijos frente al espectador.
Leonardo exhibe su dominio de la técnica pictórica, propia de los grandes maestros. El óleo sobre una tabla de álamo en la que fue pintada, le permite llevarlos a cabo. Muestra una composición triangular, con armoniosas proporciones. Emplea el claroscuro, como definidor de formas y volúmenes, según la diferente incidencia de la luz. De esta manera, los contornos del dibujo están difuminados, según su propia técnica del sfumato. Tales recursos técnicos estarían al servicio de la representación de la psicología de la retratada, significado muy propio del Renacimiento, pero también, de la concepción de la belleza ideal que tenía Leonardo.
![]() |
La Gioconda, 1503-1516, Museo del Prado |
Los conservadores del Museo del Louvre velan constantemente por su estado de conservación. Tratan de evitar cualquier daño producido por la visita de tantos admiradores. Hoy parece que requeriría una difícil restauración para eliminar los barnices que la oscurecen. Por otra parte, el Museo del Prado exhibe la mejor copia de la Gioconda, también un oleo sobre tabla, con medidas casi idénticas, que fue pintada al mismo tiempo en el taller de Leonardo por uno de sus discípulos, Francesco Melzi o Andrea Salai.
La pintura del Quattrocento italiano
![]() |
El Nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, 1482-1485, Galeria Uffizi, Florencia |
En nuestro particular recorrido de la historia de la pintura llegamos al Renacimiento. Así, una de las obras cumbres del Quattrocento italiano corresponde al Nacimiento de Venus pintada al temple sobre lienzo por Sandro Botticelli entre 1482 y 1485. Un autor de éxito en la Florencia de su tiempo, que estuvo vinculado a la Academia Platónica, protegida por la familia Médici, que reunió en su seno a artistas, filósofos y escritores. Tradicionalmente se había pensado que fue un encargo de Lorenzo de Pierfrancesco de Médici, junto a otras dos obras de mitología clásica, La Primavera, y Palas y el Centauro, aunque parece estar vinculada a la admiración que profesaba el propio Giuliano de Médici por Simoneta Vespucci, la modelo empleada por el artista para encarnar a la diosa.
Botticelli tuvo como inspiración para el tema a Ovidio y, sobre todo, al poeta coetáneo, Angelo Poliziano, miembro de la Academia. La diosa Venus nació de las aguas del mar a donde se habían arrojado los genitales de Urano, cortados por su hijo Saturno. Pero el cuadro no representa el momento exacto del nacimiento, sino la escena de la llegada de la diosa a una isla mítica conducida por el viento, el dios Céfiro con su esposa, Flora, a la par que caen rosas sobre el agua. La diosa se sitúa en el centro, ligeramente escorada a la derecha, encima de una concha, símbolo de la misma, mientras la Hora de la Primavera le va a tapar con un manto. El mar parece alterado por las ráfagas de viento y una costa ondulante se pierde en el horizonte.
La escena, llena de símbolos, tiene un significado más complejo, que el deducible de las fuentes grecorromanas. Hay que entenderla según el neoplatonismo formulado por Marsilio Ficino, por el cual, Venus, se desdoblaría en dos versiones complementarias, la celeste y la material. La representada por Botticelli, sería la celeste, en tanto que aparece desnuda, recién nacida. Encarnaría la inteligencia pura y el saber supremo. La belleza ideal, atributo de la divinidad, aparecería como un ejemplo claro de la pretensiones neoplatónicas de unir la filosofía antigua con la doctrina cristiana. El cuadro, por tanto, sería un ejemplo preciso del nuevo humanismo renacentista. Un humanismo que tiene al ser humano como centro del Universo.
De esta manera, se la representa, a diferencia de la Edad Media, desnuda, siguiendo los modelos de la mitología clásica. La figura central del cuadro sigue la postura de la Venus Púdica, con suave contrapposto, creada por Praxíteles, e innumerables veces imitada. Botticelli muestra un estilo que valora el dibujo sobre el color, siempre cargado de ritmo fluido, pero a la vez, cálido y de sensibilidad nostálgica. Los tres elementos que forman la escena se presentan a modo de friso en primer plano, sin valorar tanto, un fondo en perspectiva geométrica, típica del Quattrocento.
La pintura de Leonardo da Vinci
![]() |
La Gioconda, 1503-1506 |
Hemos comenzado el estudio y análisis de la pintura italiana del Cinquecento. En ella, destacaron tres grandes maestros, Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel Ángel Bounarroti. El primero fue el de mayor edad, pero no menos genial por sus innovaciones en la pintura, que servirán de ejemplo a los dos siguientes. Aunque a lo largo de sus más de sesenta años de vida, tuvo como mecenas a la familia Medici, a Ludovico Sforza, y al mismo rey de Francia, Francisco I, careció de los grandes encargos que ellos recibieron. La actividad pictórica no fue la principal que realizó para ganarse la vida y ocupar su tiempo, sino la ingenieril y la científica, entre las distintas repúblicas italianas de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI.
![]() |
La Virgen de las rocas, 1483-1486 |
Entre los numerosos manuscritos con dibujos y anotaciones de su mano, un tercio de lo que realizó, quedan reflejadas sus investigaciones entorno a la pintura, a la luz y al color, al movimiento, a la representación del cuerpo humano y la expresión de las emociones. De él conservamos, a su vez, numerosos dibujos, la mayoría científicos, pero algunos de sentido artístico, y entorno a unas veinte pinturas al óleo atribuidas o de su mano, entre las que sobresalen, La Virgen de las Rocas, La Última Cena, La Gioconda, y La Virgen, el Niño Jesús y santa Ana. En este conjunto de obras podemos comprender lo que aportó al arte pictórico, la influencia sobre sus discípulos, y los maestros de su época, y posteriores, incluyo del siglo XX, que tuvieron sus cuadros como emblemáticos de la Historia del Arte.
![]() |
La Última Cena, 1494-1497 |
Leonardo es heredero de la pintura del Quattrocento italiano, pues se educó en el taller de Andrea Verrochio de Florencia. Conoció, por tanto, la tradición cultural humanística y sus manifestaciones artísticas para desarrollarlas y establecerlas como canónicas por medio de sus aportaciones. De esta manera, superaría la representación del espacio a través de la perspectiva geométrica en favor de una mayor integración de la luz y el color, en relación con el contorno del cuerpo humano y de los objetos. Dominaría la técnica del sfumato para jugar con la atmósfera del tema con figuras dentro de un contexto de paisaje. Por otro lado, sus obras muestran el empleo de la composición triangular como la más perfecta para conseguir el equilibrio y representar la belleza ideal. Finalmente, el estudio de los gestos y las expresiones que el captó del natural.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)