La escultura del "Quattrocento" italiano


 El Arte del Renacimiento surgió en las ciudades italianas a principios del siglo XV. El ambiente urbano y la pervivencia del legado grecorromano favoreció el desarrollo del pensamiento humanista, que tiene al hombre como centro de todas las cosas, lo que supone volver a una mirada antropocéntrica, propia de la Antigüedad clásica, a diferencia de la Edad Media. Si hay una manifestación artística que se centre en la dimensión del cuerpo humano y la expresión de su personalidad individual, esa es la escultura, que tanto en relieve como en bulto redondo, dará rienda suelta a la creatividad de los artistas, principalmente florentinos, en este primer periodo de transformación radical del arte.



Los principales materiales empleados en el Quattrocento italiano son el bronce y el mármol. Los temas que la propia ciudad de Florencia, las autoridades de la Iglesia, y los mecenas privados de ese periodo, encargan, seguirán siendo religiosos, además de incrementarse los retratos, de busto o ecuestre, en los monumentos conmemorativos y públicos, y los mitológicos, donde el uso del desnudo es frecuente de nuevo. Además, destaca la escultura funeraria como imagen de la inmortalidad de la persona. Los escultores buscan la representación de la belleza ideal, aquella fundada en las proporciones y la simetría, tanto de las composiciones, como del cuerpo humano, sin apartarse de la realidad. 



El primer representante del nuevo estilo fue, Lorenzo Ghiberti, en el trabajo de las puertas del Baptisterio de Florencia. Corresponden a las segundas puertas, y a las del lado norte, también llamadas del Paraíso. En las primeras, se impuso en concurso público a Brunelleschi con el tema del Sacrificio de Isaac (1402). Tenía que amoldarse a un espacio polilobulado, pero no fue un inconveniente para resultar ganador con una interpretación del tema más precisa, simplificada, y centrada en figura humana. En las Puertas del Paraíso (1425-1452), realizadas ahora en espacios cuadrangulares, muestra todo el derroche técnico en la creación del estilo renacentista del relieve cuyo modelo es el romano. Sin renunciar a narrar los temas bíblicos, hace una demostración del llamado relieve schiacciato, en diversos planos de altura, unido a la captación fiel de las proporciones, la simetría y la perspectiva.



El segundo representante, y tal vez más genial, fue Donatello, que parte de los modelos grecolatinos, para crear un estilo propio, que si bien considera fielmente la proporciones del cuerpo humano, dota a las figuras, de un cierto realismo e individualidad. Son figuras principalmente en bulto redondo, realizadas en mármol o en bronce, como el famoso David (1435-1445), una de los primeros desnudos de gran tamaño del Renacimiento, y la primera representación del tema que abordarán luego, Verrochio y Miguel Ángel. Aquí, el joven rey acaba de matar al gigante Goliat. Todo un símbolo político para la ciudad de Florencia, más débil políticamente, pero más sabia que algunas potencias europeas del momento, que se disputaban su dominio. Otra obra en bronce, el Condottiero Gattamelatta (1447-1453), muestra la recuperación de la tradición romana, de la estatura ecuestre, como monumento urbano, en honor de un personaje.

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