La exposición de Manuel Azaña


 El Gobierno de España, a través de los ministerios de la Presidencia y Cultura, organiza la exposición, AZAÑA. INTELECTUAL Y ESTADISTA. A LOS 80 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO EN EL EXILIO, una extraordinaria muestra del que fue ministro, jefe de gobierno y presidente de la Segunda República. Supone un recorrido esencial sobre su vida y obra desde la Alcalá de Henares natal. Los estudios en derecho hasta conseguir el doctorado. El acceso al cuerpo de funcionarios, y el desarrollo de su vocación literaria, intelectual y política. Una exposición imprescindible para cualquier estudiante, adecuada para la materia de Historia de España de 2º de Bachillerato, al tratar, los cuarenta primeros años del siglo XX.




La exposición madrileña recorre su vida y su obra en seis apartados. El inicio y el último del trayecto coinciden en el mismo espacio. Lo inaugura la primera bandera republicana izada en España en 1931 e Éibar, lo termina, la última arriada en La Vajol (Gerona), el 2 de febrero de 1939, luego apresada por la Gestapo. Dos símbolos de un personaje, definido como intelectual, con vocación política y literaria. La segunda la descubre desde muy joven, al fundar y escribir en revistas. También trató, como literato, diversos géneros, el teatro, la novela, el ensayo, las memorias, que le hicieron ganar el Premio Nacional de Literatura de 1926 por la Vida de don Juan Valera. Entre otras obras conocidas destacan, El jardín de los frailes y La Velada de Benicarló. La exposición nos pone en contacto con las primeras ediciones y cartas de insignes escritores como Valle-Inclán, Antonio Machado y Miguel de Unamuno.




Escribió, y estuvo en contacto con los libros, de forma permanente, que fundaba su personal forma de entender la educación, una disciplina crítica, sin dogmatismos ni cortapisas. Esta vinculación le hizo ser secretario y presidir el Ateneo de Madrid. La vocación política le hizo aproximarse, primero, al Partido Reformista de Melquiades Álvarez. Se sumó, como intelectual, a la reflexión sobre el problema de España, que centraba en el atraso nacional por carecer un cuerpo de electores que fundamentase la democracia liberal. De políticos bien preparados que los representase, de una prensa libre, sin censuras. De la necesidad de reformas en la educación y en todos los órdenes del Estado. El golpe del general Primo de Rivera, demuestra la incapacidad de la Monarquía. Concluye que tiene que ser un régimen republicano el que nos conduzca al progreso y nos incorpore a Europa. 




En 1917 visitó varias veces el frente de Verdún en la Primera Guerra Mundial. Fue un aliadófilo, admirador de Francia. Luego demostrado en su extensa labor como traductor de autores franceses e ingleses. Trabajó en Acción Republicana, para propiciar una nueva forma de Estado. De esta manera, pudo cumplir su vocación política, primero como Ministro de la Guerra, luego como Primer Ministro, y finalmente como Presidente de la República. Fue un periodo convulso, con una fuerte oposición conservadora, monárquica y ultraderechista. Así, se lo demostró el golpe de Estado del general Sanjurjo. Tras las elecciones de 1933, ganadas por la CEDA, y la llamada Revolución de Asturias y la proclamación de la República Catalana, llegó a ser arrestado y procesado. Su compromiso no fue doblegado, porque a través de Izquierda Republicana, y su actividad como magnífico orador en grandes espacios, contribuyó a la victoria del Frente Popular en febrero de 1936.




El golpe de Estado del general Franco provocó la Guerra Civil. Los regímenes totalitarios de Italia y Alemania lo apoyaron decididamente. Los años entre 1936 y 1939 fueron dramáticos. En noviembre de 1937 realizó la última visita a Alcalá de Henares y Madrid. En los últimos grandes discursos expresó su pensamiento ante el sangriento conflicto y el abandono de las potencias occidentales al régimen republicano. De esta manera, ante el Ayuntamiento de Barcelona en julio de 1938, pronunció la famosa frase, el mensaje de la Patria eterna que dice a sus hijos: Paz, Piedad y Perdón. Después, ante la inevitable derrota, cruza la frontera el 5 de febrero de 1939, perseguido por los agentes de Franco, y el 27, del mismo mes, dimite como Presidente de la República. Manuel Azaña morirá el 3 de noviembre de 1940 en Montauban, cerca de Tolouse.

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