Después le podemos inscribir dentro del dadaísmo norteamericano, junto a Francis Picabia y Man Ray. En ese periodo crea los famosos ready-mades (ya hechos), los objetos manufacturados descontextualizados convertidos, con ironía, en obras de arte. Entre los más famosos tenemos, Fuente, un urinario masculino invertido, firmado como R. Mutt, en el que lo importante era la elección y manipulación de un objeto industrial, que había perdido su finalidad original, para adquirir un sentido artístico polémico. Igual de controvertida es la manipulación de la Gioconda de Leonardo da Vinci. Duchamp pinta bigotes a una reproducción del cuadro. La firma con su nombre y la titula, L.H.O.O.Q, que leído rápidamente en francés, significa, ella tiene el culo caliente.
Por otra parte, el afán de experimentación del artista, le llevó a terminar una de sus obras más famosas, el Gran vidrio, titulada, La casada desnudada por sus solteros, donde muestra otra de sus preocupaciones, el erotismo. De hecho, en los años veinte, se inventó un alter ego femenino, al cual llamó Rrose Sélay, cuya lectura fonética en francés significa, el amor es la vida. Con este nombre firmaría muchas obras y fotografías. De esta manera, el arte actual nos ofrece intervenciones polémicas, muy provocativas, que sorprenden al espectador más identificado con el arte académico. Sin embargo, esta nueva estética, tan ligada al valor del proceso creativo, le debe mucho a la obra y concepciones artísticas de Marcel Duchamp.
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